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miércoles, 6 de mayo de 2015

NECESIDAD DE CAMBIOS EN LOS CRITERIOS Y DIRECTRICES PARA LA FAUNA Y SU CONSERVACIÓN.



Cuando el purismo de ideas se exagera, cuando una visión humana sobre un tema concreto se lleva al extremo, suele acabar convirtiéndose en algo límite que roza el surrealismo.
Algunos criterios de ciertos científicos y técnicos, mantenidos como guía directriz al respecto del tratamiento, categorización y consideración de la fauna, consiguen, de esta forma, contribuir a la desaparición y mutilación definitiva de las especies y espacios por los cuales se supone que velan.
Ésta, será una extensa entrada de opinión muy personal, totalmente subjetiva (que intuyo muy compartida), de aproximación a un factor que está resultando tan negativo para la fauna como inquietante para la ciudadanía, que vemos con nuestros propios ojos cómo las estrategias de conservación caen, en ocasiones, en la más absurda sinrazón, sirviendo al propósito contrario para el cual, un sistema democrático, ha confiado en sus representantes y en quienes éstos designan, para que sirvan al interés general como garantes de la conservación de un medio ambiente basado en la biodiversidad de seres vivos que son patrimonio general.
Como casi todo en esta vida, no se trata de blanco o negro, sino de un rico matiz de grises, aunque, por lo que se deja ver, quizás con muchos marengos...

De entre todos los purismos llevados al extremo, ningún otro más representativo que el tema de la subespeciación.
Cualquier simple aficionado a estos temas conoce con bastante aproximación en qué consiste la subespeciación, una clasificación humana que intenta definir o delimitar a grupos de individuos dentro de una misma especie, que comparten características morfológicas o genéticas comunes con ésta, pero mantienen algunos rasgos propios que los diferencian del grupo basal.
Digamos que son un paso más allá o una simple sustitución del concepto “raza”, que se va abandonando con el paso de los años, debido a su poca consistencia como tal.
Este fenómeno se da de forma normal en la naturaleza a lo largo del tiempo y el espacio, por ejemplo cuando algunas poblaciones quedan aisladas, sin conexión entre otros grupos de la misma especie, debido a la insularidad, o a cambios climáticos que afectan a buena parte de los ecosistemas que hasta entonces habían servido de corredores de unión.
Como digo, esta circunstancia, prolongada durante mucho tiempo, puede llevar definitivamente a una serie de rasgos evolutivos distintos que desemboquen en una nueva especie, puesto que terminan llegando incluso al extremo de no poder procrear entre ellos ni de forma artificial.

Oso pardo americano o grizzly (Ursus arctos horribilis) y Oso pardo europeo (Ursus arctos arctos).

Pero si ya resulta complicado analizar, determinar, o categorizar a través de lo humano un complejo concepto como el de especie, entrar a valorar el de subespecie supone subir a una cuerda de alambre sin red, para malabaristas demasiado atrevidos.
Quizás esto pudiera tener mayor sentido aplicado a tiempos pasados, cuando el ser humano no condicionó de forma total estos procesos normales de la naturaleza.
Sin embargo, desde que el humano moderno comenzó a apoderarse del planeta, esta circunstancia ha quedado totalmente ligada a su acción devastadora, a su gran efecto barrera, a la imposibilidad de conexión, que hasta entonces era posible, y que hemos cercenado sin solución a partir de nuestro incuestionable impacto sobre el medio.
No contentos (ni al parecer conscientes) con ello, algunos se empeñan hoy en garantizar esa supuesta subespeciación distintiva, aun a riesgo de perderla definitivamente, extinguiendo a sus componentes.
Y no estoy yo en contra, ni mucho menos, de conservar y potenciar los rasgos distintivos evolutivos de las subpoblaciones regionales, pero cuando defenderlos a toda costa supone en definitiva perderlos, o alargar el proceso de agonía e ineficacia que no sirve a un medio natural en condiciones óptimas, se impone una profunda reflexión al respecto por parte de todos.
Y se impone porque hay auténticos forofos del segregacionismo subespecífico llevado al extremo entre la comunidad científica.

Nuestro país, por desgracia, ha sido un buen ejemplo de ello. Sólo en los últimos diez o quince años hemos dejado extinguir por esta causa a dos componentes de nuestra fauna en un determinado territorio, y llevamos camino de hacerlo en otro caso más, cerrándonos en esta visión.
Así, contemplamos atónitos como un país desarrollado y supuestamente concienciado en la conservación de su naturaleza, a la cual destina recursos en forma de ingentes cantidades económicas, ha dejado desaparecer a dos especies emblemáticas de la Cordillera Pirenaica; la cabra montés y el oso pardo.


Bucardo (Capra Pyrenaica pyrenaica).
Se ha intentado argumentar hasta la saciedad que la cabra montés pirenaica, o bucardo, era una subespecie muy particular de este conjunto montañoso, en base a una mínima diferenciación en el tamaño, cuerna, manchas del pelaje, y algún indicador genético que la aproximaba al íbice alpino, aunque siempre dentro del rango de la considerada especie ibérica tipo, que incluye además las variantes victoriae, hispanica y la extinta lusitanica, repartidas por distintos macizos montañosos de la Península, olvidando que hubo un tiempo bastante reciente en el que todas estas “subespecies” quedaban conectadas a través de otras poblaciones, hoy extintas por causa humana, que habitaban montañas corredor que actuaban como nexo entre ellas.



Y es que hace apenas unas centurias las cabras ibéricas se distribuían también por los Montes de León, Montes Vascos, Sistema Ibérico Septentrional, Prepirineo, Cordillera Costero-Catalana o Montes de Toledo, entre otros espacios

Olvidamos también que seguramente esta supuesta diferenciación de la cabra pirenaica no respondía sino a una circunstancia muy determinada, el cruce en tiempos pasados, muy recientes geológicamente hablando, de cabras ibéricas con íbices alpinos en el sur de Francia y el entorno pirenaico.
Y esto es deducible no sólo por marcadores genéticos que evidencian este simple cruce o hibridación (posible porque las distintas y categorizadas especies cabras salvajes de Eurasia, y también las domésticas, aún son fértiles entre sí, lo que pone ya de por si en entredicho una de los principales argumentos de la especiación), sino también a través del arte prehistórico que nuestros antepasados nos dejaron como prueba.
A continuación expongo dos imágenes muy significativas de pinturas rupestres francesas del Pleistoceno Superior, concretamente del Paleolítico Superior o Edad de Piedra, fase o periodización de nuestra historia cultural incluida en otra de ámbito geológico, comprendida en fechas de entre 40.000 y 12.000 años antes del presente, que coincidió con época glaciar, fase climática afectada en mayor o menor medida por clima frío y seco, aunque alternada también por otros no tan extremos.

Esta cuestión la dejé ya reflejada en su capítulo correspondiente, referido a los ungulados de la montaña, pero viene al caso refrescar la memoria del lector.


A partir de ellas podemos deducir cómo en un área concreta de Europa, el sur de Francia, y probablemente el Pirineo, quedan representadas, al menos en distintos períodos, las dos especies de cabras salvajes, en lugares donde hoy no se considerarían como áreas de distribución "normal" de ninguna de ellas. El íbice, de cuerna rectilínea, curvada hacia la parte posterior, en La Mouthe, y la cabra de aspecto ibérico en Ebbou, en el entorno alpino, con sus características cuernas curvadas hacia los lados que aún hoy están muy presentes en el tipo hispánico.


Algo lógico y comprensible, pues la cabra salvaje (Capra hircus) apareció en Europa durante las primeras fases del período glaciar de Riss, hace ahora unos trescientos mil años, pero prolongados períodos climáticos de aislamiento a nivel peninsular y europeo la confinaron a distintos macizos montañosos, facilitando la posterior aparición de nuestra especie, la cabra montés ibérica(Capra pyrenaica ) y también la del el íbice de los Alpes (Capra ibex), y de nuevo, ambas formas, en ciertos períodos propicios posteriores, pudieron alcanzar el ámbito meridional de la Francia actual, llegando seguramente a solapar poblaciones.

Cabra ibérica (Capra pyrenaica)

De cualquier forma, la cabra ibérica pirenaica o bucardo, no era sino un tipo prácticamente indistinguible de la ibérica tipo, y por tanto, componente de ésta, y así ha sido aceptado totalmente por los propios criterios científicos.
Y sin embargo, esa ligera diferenciación racial, a modo de eugenesia animal dirigida y fomentada por el hombre, llevó a destinar ingentes cantidades económicas, hasta un proyecto LIFE, y esfuerzos de años plasmados en estudios y seguimiento por conservar la subespeciación, que al final desembocaron en un descontrolado trampolín a la extinción definitiva, incluso cuando, tarde, se decidió abandonar el camino del sinsentido y se llevaron cabras hispánicas para superar el colapso de la cabra pirenaica.
De ese modo, el bucardo, se extinguía definitivamente en el año 2000, para vergüenza del mundo, y sobre todo de nuestro país, que no contento con ello, se empeñaba aún hace unos meses en retomar lo que en este caso no eran sino proyectos absurdos de clonación, cuando no debería haber tardado ni un día en devolver la cabra ibérica al sistema montañoso del que nunca debió desaparecer, dejando allí a cualquiera de los otros tipos peninsulares, contados por decenas de miles de ejemplares en el resto del país, para que se distribuyeran por el Pirineo, y evolucionaran libremente en su adaptación durante el futuro, conservando la biodiversidad y el nicho que siempre ocupó la cabra salvaje en ese ambiente montano, como pieza clave del ecosistema y la cadena trófica..
Pero he aquí que los intereses económicos se aliaron y confundieron durante mucho tiempo con los científicos dirigidos, para que una singularidad, una rareza propia de la Península Ibérica que sirve de preciado trofeo cinegético, quedara bien acotada y explotada y no pasara al país vecino, y así, España siguió sin dar el visto bueno a Francia que solicitaba desde hace algunos años ejemplares con los que llevar a cabo la repoblación desde su vertiente pirenaica.
Ni siquiera el favorable consejo y directriz en este sentido de la UICN, que otras veces es llevado al extremo y seguido a pies juntillas, parecía servir de presión a tal efecto.
Hasta en la misma Cataluña , donde parecen ir un paso por delante respecto a estos temas, favoreciendo y aceptando la conservación de los osos esolvenos y los lobos de estirpe italiana que tienen ahora mismo en el Pirineo, hacían caso omiso de la que iba a ser reintroducción inmediata de cabras en Aigües Tortes...¿Será porque también copan el mercado mundial cinegético de las hispánicas en su reserva de Tortosa-Beceite?...

¿Ha existido pues voluntad verdadera por parte de nuestras administraciones y sus técnicos-científicos por conservar y no extinguir a la cabra ibérica del Pirineo?, ¿la hay actualmente para devolverla allí?.
Juzguen ustedes.

Por suerte, un cambio de última hora, enmarcado en una serie de concesiones en distintas materias entre ambos países, ha facilitado que, con muy buen criterio, hayan sido traslocadas al Pirineo Francés, en distintas fases, desde julio de 2014, más de cincuenta ejemplares excedentes de la cabra ibérica victoriae del Parque Nacional de Guadarrama (Madrid).
De este modo, en un auténtico y directo proceso rewilding, la cabra vuelve por fin al Pirineo, donde nunca debió faltar.

Más vale tarde que nunca. Mis felicitaciones a los responsables de este gran paso.

Cabra Ibérica (Capra pyrenaica).


Más de lo mismo con el "oso ibérico", del que aún algunos pretenden argumentar su distinción bajo forma Ursus arctos arctos pyrenaicus. Y no se lleva más al extremo porque no se ponen a ello, así que no les extrañe llegar a escuchar un día que el del Pirineo, era en realidad un tipo evolucionado que casi podía definisrse como nueva especie, y por tanto, su nomenclatura debía responder a Ursus arctos arctos pyrenaicus roncalensis ansotanus...
Por suerte algunos científicos más sensatos van tomando el camino de la coherencia, y esta denominación está hoy eliminándose en buen número de casos de distintas especies, abandonándose multitud de categorizaciones cuestionables y del todo inconsistentes en leones, leopardos, pumas, jaguares, osos...

Oso pardo (Ursus arctos).

La directriz imperante hoy respecto al oso pardo, por fin, es que sólo existe un tipo europeo Ursus arctos arctos, (de la misma especie base Ursus arctos que otros osos pardos asiáticos o americanos), con algunas ligeras e insustanciales diferencias en cuanto a tamaño o coloración dentro del continente.
El caso es que esa supuesta subespeciación singularizada, como referente autoctonísimo ibérico, sirvió también de excusa para dejar desaparecer al oso en el Pirineo, aunque en esta ocasión, desde Francia dijeron ¡basta!, y translocaron ejemplares eslovenos al Pirineo. Pero de nuevo de forma incomprensible, y como ya sabrán, los soltaron en un área en la que recientemente se había extinguido a los locales, en vez de llevarlos a procrear y por tanto a conservar algo de la genética autóctona, en el superviviente núcleo pirenaico occidental del Valle de Aspe, donde, como no podía ser de otra forma, fue abatido el último ejemplar en 2004.
Muerto el perro, muerta la rabia, y desde entonces, a seguir con el "argumento milonga" de que los que se traen no son pirenaicos de pura cepa, siguiendo al más puro estilo de la eugenesia promovida para y con los propios humanos en el pasado.
Poblaciones de osos pardos que, no lo olvidemos, hasta que el ser humano lo impidió, hasta la Edad Media, hasta hace tan solo seiscientos años, unían sus poblaciones a lo largo y ancho de todo el continente europeo...

Ahora parece que le toca el turno al urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus), determinado como tal, aparte de lógicas y casi inapreciables diferencias genéticas que se producen en cualquier especie entre poblaciones distantes de otras, a partir de su alimentación y hábitat, ya que se ha adaptado por imperativo climático y humano a los bosques caducifolios de la Cornisa Cantábrica durante los últimos milenios o centurias.  Todo ello sin tener en cuenta que hasta hace apenas algún siglo, comunicaba poblaciones con los tipos del Pirineo, a través de los Montes Vascos, el sistema Ibérico Septentrional, las sierras periféricas de Navarra y el Prepirineo.
Suficiente, en cualquier caso, para llevar al extremo su consideración, y embarcarse en costosísimos e ineficaces proyectos de cría y manejo en cautividad que llevan el mismo camino de las especies anteriormente tratadas.

Urogallo (Tetrao urogallus)
Permitir y fomentar esto, sabiendo que es la misma especie que la que habita el Pirineo o muchas otras partes de Europa, donde son cazados centenares de ejemplares, que por un precio irrisorio y sin necesidad de tanta parafernalia, podrían ser utilizados como aporte para las endogámicas poblaciones cantábricas que se nos van, es llevar el tema al paroxismo.
¿Cuántas características aparentes, en morfología, coloración, talla o costumbres, nos diferencian por ejemplo a un español de un sueco, o de un aborigen australiano, o de un pigmeo?...¿qué hacemos entonces?, ¿jugamos a lo mismo?, ¿negamos la entrada en el país a estas personas, no vayan a contaminar a la "raza" autóctona?. Cuanta estupidez humana, cuanta directriz subjetiva.
Con nuestra imparable acción devastadora sobre el medio, que profundiza y agranda la segregación y los focos endogámicos, el aislamiento de núcleos faunísticos, y con este tipo de criterios científicos...mal lo va a tener la fauna en el futuro, muy pero que muy mal.

Desde que uno era un chiquillo, en época donde ya España quedaba como país desarrollado, moderno, y preocupadísimo por temas medioambientales, he tenido que ver cómo hemos dejado desaparecer sin ningún asomo de vergüenza al oso pirenaico, al bucardo, al lobo andaluz, al extremeño, al quebrantahuesos de Cazorla, a la foca monje, y al lince ibérico en casi toda su distribución a nivel nacional.
Qué extraordinaria coincidencia, además, que algunas de estas especies o subespecies acaparadoras de supuesta extrema protección y salvaguarda, hayan contado en algún momento con la solicitud y la aprobación de un Proyecto Life que envía cuantiosos fondos económicos desde Europa, destinados a la conservación y recuperación de esa supuesta singularidad, aun cuando acaban empleándose en estudios, simposios, medidas de concienciación, instalaciones, manejos, reproducción en cautividad, voluntariados y bla, bla, bla...pero incluso también en una extinción definitiva. Por supuesto siempre ajena a tales medidas conservacionistas, según los profesionales que de ello se encargan.
Esa extinción, a su vez, genera ahora nuevas solicitudes de fondos para clonación, o reintroducción (esta vez sí de otras subespecies que hasta entonces no podían manchar el manto virginal de las extintas)...Un auténtico despropósito.

Fíjense en la paradoja, mientras se han matado y se siguen matando legal o ilegalmente centenares de lobos en el norte de España, incluso en parques nacionales, se ha estado concediendo Fondos FEDER a la Comunidad de Andalucía, en el sur del país, para conservar al lobo andaluz, lobo, que pese a los estudios, protecciones, y fondos, ha desaparecido, pasando de más de cincuenta ejemplares en 1986, a tres o cuatro cadáveres andantes en el presente...
¿No habría sido más fácil translocar y translocar a esos cientos de ejemplares abatidos, y hacer un seguimiento y vigilancia para que se cumpliera la normativa al respecto de la protección, que seguir invirtiendo no sé dónde ni en qué, con dinero que sale del bolsillo del contribuyente?...


Lobo (Canis lupus).


Sepan ustedes que:
Entre los beneficiarios de los proyectos LIFE se incluyen empresas pequeñas e internacionales, administraciones nacionales y locales, ONG, institutos de investigación y organismos intergubernamentales...
¡Estupendo!, ¿no?...¡qué de trabajo para diversos sectores!, ¡ya era hora que esto de la protección pasara de cuatro románticos a estar institucionalizado, y profesionales del ámbito pudieran obtener renta!
¡Ah!, casi se me olvidaba, entre los supuestos beneficiarios también estaban el bucardo, el oso pirenaico (en Francia), y están el lince ibérico y el urogallo cantábrico en la actualidad, entre otros. 
Claro que, beneficiarios, beneficiarios, lo que se dice beneficiarios, habría que preguntarles a ellos, si pudieran hablar para responder…
1994-1997, Proyecto Life para el bucardo...seis años después se extingue, muriendo el último ejemplar.
1996, concesión del primer Proyecto Life para el oso pirenaico en Francia...ocho años después se caza al último ejemplar y se extingue la supuesta subespecie pirenaica.
1996, concesión del primer proyecto Life para el lince ibérico, ocho años después habíamos pasado de más de 800 ejemplares en varias Comunidades Autónomas a tan sólo ciento sesenta recluidos a Andújar y Doñana...
2010, concesión del primer fondo para Proyecto Life urogallo cantábrico... El programa tiene previsto su desarrollo entre octubre de 2010 y diciembre de 2016, o sea, que le queda un añito y medio, más o menos, para su final, o digamos más bien, para su primera etapa, claro.... ¿Coste?...SIETE MILLONES TRESCIENTOS VEINTICUATRO MIL CUATROCIENTOS OCHENTA Y SEIS euros (7.324.486 €), de los cuales el 50% financiado por la UE.

Urogallo en cautividad.
En el Proyecto LIFE +Urogallo participan las cuatro Comunidades Autónomas de la Cordillera Cantábrica (Castilla y León, Galicia, Principado de Asturias y Cantabria), junto con el Organismo Autónomo Parques Nacionales, la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife), la Fundación Iberdrola y el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, a través de la Fundación Biodiversidad que ejerce las funciones de coordinador del Proyecto.
Los resultados, después de casi cinco años, actuaciones en 230 hectáreas para crear un hábitat más favorable para esta especie en peligro de extinción y se han suscrito 29 acuerdos de custodia para contribuir a la conservación de la subespecie. 


Acciones de divulgación y educación ambiental, programa de voluntariado en el que se han involucrado 72 voluntarios en la mejora del hábitat del urogallo y se han organizado talleres escolares en los que han participado más de 2.000 alumnos. Asimismo, se han diseñado diversos materiales divulgativos, como una exposición itinerante, cuentos infantiles o documentales sobre la especie y el proyecto.
Además, programas de cría en cautividad y de reforzamiento del urogallo cantábrico, "acciones piloto" en la conservación de esta subespecie, cuyo logro ha consistido en marcar hembras salvajes, retirar puestas de huevos de los ya de por sí amenazados urogallos, y lograr sacar tres pollos que, tras ser liberados, murieron sin llegar a los pocos meses en libertad…
Y por supuesto, la localidad de Potes ha acogido también la reunión del comité científico, que cuenta con la participación de todos los socios beneficiarios y de instituciones científicas y académicas. En este encuentro se explicaron los estudios que están llevando a cabo, por un lado, la Universidad de Valladolid acerca de la evaluación de las acciones emprendidas en la gestión del hábitat y, por otro, la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM), que está analizando el impacto de la depredación sobre las poblaciones de urogallo cantábrico.
Resumiendo, más de siete millones de euros, de esos que salen de los bolsillitos de todos, para juntar a un montón de "coleguillas", bueno va, socios, ponerse a pensar en empezar a hacer lo que se supone que ya se hacía desde los años ochenta, cuando se protegió a la especie, juntar unos cuantos voluntarios, dar charlas y talleres a los niños, hablar y hablar sobre el asunto, quitar hembras y puestas del medio natural, sacar adelante tres pollos, liberarlos y perderlos a los dos meses, y llegar también a la conclusión de que ¡oh sorpresa!, los depredadores inciden sobre poblaciones agónicas del amenazado urogallo, ¡cualquiera lo diría!, ahora va y resulta que los depredadores depredan...
Ufff siete milloncejos perfectamente invertidos ¿eh?.

Y mientras tanto cientos de urogallos, la misma especie, serán abatidos en diversas partes de Europa durante los próximos años, cientos de urogallos que podrían estar reforzando la población cantábrica, ayudándola a superar lo que en tan agónica situación supone "cualquier" mínima incidencia sobre ellos.
Al igual que otras especies, el urogallo cantábrico unía sus poblaciones, hasta hace apenas unas centurias, con las de sus primos del Pirineo,  a través de los Montes Vascos, el Prepirineo, y hasta el Sistema Ibérico septentrional.
Bueno, ya conocemos la historia, cuando se van definitivamente los osos autóctonos y los bucardos, entonces sí, ya se puede, y se traen, y se inicia un nuevo, lento, y costosísimo proceso de recuperación...y de nuevos Life, claro.




Logotipo del Programa Life.
Ni siquiera voy a entrar en los datos económicos del conjunto de especies "afectadas" por los LIFE, que superan en estos casos concretos, en mucho, los cincuenta millones de euros entre todos ellos... ¿Para qué?. 
¿Cuántos otros colectivos, cuántos otros ámbitos científicos no darían lo que fuera por un cuarta parte de esas cantidades, tan necesitados como están y en los tiempos que vivimos?.


Cuando menos, es para pararse a reflexionar profundamente en ello. Y así espero que lo hagan, y no sólo los lectores "ciudadanos de a pie", como yo, sino también nuestras actuales y futuras generaciones de técnicos y científicos.
¿En qué lugar queda ya no sólo la comunidad científica a la que representan también, sino la que en principio es una magnífica idea, el Programa Life Europeo, a la vista de estas circunstancias y casos concretos a los que nos referimos?.
Porque oiga, no caigamos en el error, no todos deben medirse por el mismo rasero ¿eh?.
El Life es un instrumento de apoyo financiero, de fondos para la conservación de la naturaleza, lo que debe ser motivo de inmensa alegría. Ahora bien, son el uso concreto y los resultados que se obtienen, siempre según  programas y responsables distintos, los que pueden ser y son muy variables.
Hay estrategias de conservación magníficas, buenas, aceptables, malas y nefastas. De todo hay en la Viña del Señor, por supuesto, también en los Life.

Incluso fuera de éstos han funcionado en nuestro país, casi a la perfección, las sueltas y translocaciones de especies en reservas nacionales y cotos particulares de caza, involucrando a colectivos como el de cazadores, también las acciones llevadas a cabo por fundaciones y asociaciones como el FAPAS, sin cuyo trabajo a lo largo de treinta años, sobreviviendo a base de donaciones, socios, voluntarios, etc., sería impensable contar hoy con 200 osos en la Cordillera Cantábrica, y todo ello con cifras irrisorias comparadas con los desorbitados fondos europeos.

Calamón (Porphyrio porphyrio).
Y hasta programas puestos en marcha por la Administración, a finales de los ochenta, que sin tanto despliegue, expectación, y fondos, cuando aún no existían o se contemplaban de forma masiva los Life, lograron en apenas cinco años, por ejemplo, devolver a la Comunidad Valenciana al Calamón (Porphyrio porphyrio), en cantidades que pasaron de cero a quinientos ejemplares, recuperando así una especie extinta en el territorio desde el primer cuarto del siglo XX...



Con todo, justo será decir que también existen Life que han ofrecido resultados buenos, y otros aceptables, proyectos que sólo desde 1992, hasta 2006, se contaban en más de 387,  y con un importe estimado de 281 millones de Euros.
Es por eso que en este espacio, y de forma habitual, insisto en aquellos que no han servido al fin previsto, sino que más bien han sido nefastos, con resultados que han desembocado en el estancamiento (suelta y aumento de poblaciones oseras en Pirineo), el declive apocalíptico y alarmante (lince ibérico), la extinción definitiva (oso autóctono pirenaico y bucardo), y los que perecen seguir una senda similar (urogallo cantábrico).

Quizás si la ciudadanía no involucrada directamente, que vemos las cosas desde fuera, sin mayor interés que el de reclamar la efectiva supervivencia, aumento y consolidación de especies de un patrimonio natural, somos capaces de expresar nuestro malestar, alguna cosa pueda llegar a cambiar, y se apriete un poco más desde Bruselas en este sentido.
Una vez puestas en marcha las estrategias de conservación de fauna por parte de técnicos, científicos y administraciones, deben responder siempre a la demanda y necesidad de contar con buenas poblaciones de las especies tratadas cuanto antes,  a través de medidas efectivas, controladas, supervisadas y evaluadas de forma constante por quienes son nuestros representantes, en quienes depositamos nuestra confianza y a quienes deberíamos exigir que se cumplan los objetivos marcados, en el menor tiempo y con el menor gasto posible, jamás fomentando los resultados catastróficos, como la extinción o el declive de un patrimonio que es de todos, ante los que debería contemplarse sanciones, penalizaciones, o, cuando menos, drásticos cambios de rumbo que garanticen la finalidad de los fondos que aportamos entre todos.
Y es que por las palabras de algunos defensores de las actuaciones científicas a toda costa, sin pararse a evaluar caso por caso, con los que a veces uno habla, se deduce que debe primar siempre la visión de la necesidad impositiva de que hay que contar sí o sí con los científicos en este país, algo en lo que estoy totalmente de acuerdo, pero ¡ojo!, siempre que no se trate de ocupar un puesto con derecho de permanencia obligada, dilatada y perpetuada en el tiempo, aun sin responder a los objetivos para los cuales se les pone al frente, que nos son otros que sacar cuanto antes a las especies del remolino de la extinción a través de medidas efectivas, y no por cauces de ideas ni planteamientos muy subjetivos que al final, se eternizan y desembocan en el fracaso y la catástrofe de la extinción.

Fíjense que se llega incluso a argumentar que si el urogallo cantábrico está en vías de convertirse en una nueva especie de aquí a un futuro cercano, tampoco es quien nuestra generación para interferir en eso y mezclarlo todo sólo por capricho o rentabilidad económica, ni por el mero deseo de que haya muchos urogallos de repente...
¡Vaya!, ahora resulta que el hombre no es quien para interferir en nada en la fauna...después de cazar, modificar hábitats a cascoporro, extinguir o aislar poblaciones que a partir de entonces evolucionan supuestamente a otra especie, proteger, criar en cautividad, reintroducir, hacer leyes y directrices para con la fauna, decidir qué es autóctono o alóctono, invasor o benefactor, especie o subespecie...¡Señores!, ¡ahora resulta que el hombre no es quien para interferir en nada de la fauna, y de repente deja de jugar a ser Dios en La Tierra!.
Pues bien deberían entonces hacer suya la máxima y aplicársela, puesto que desde el momento en que estás queriendo que no se extinga un animal que, está visto, no puede sobrevivir de forma natural ante el acoso de otra especie, en este caso la humana, estás interfiriendo también.
¿Son algunos de estos técnicos-científicos (que imponen tan subjetivamente criterios) semidioses, extraterrestres, suprahumanos, o algo que se me escape, como para quedar fuera de una cuestión de ámbito general que nos incumbe a todos?...

Lo dicho, tampoco quiero extenderme más por hoy, porque al final uno acaba un tanto irritado de ver cómo por cuestiones de pensamiento cuadriculado, al final es la fauna la que paga los platos rotos, y terminamos perdiendo a las especies que podrían haberse recuperado, devolviéndonos un mínimo de biodiversidad aceptable en cada territorio natural. 
tiempo habrá de seguir profundizando en estos programas de "conservación".

Que cada uno decida bajo su punto de vista en qué lugar queda realmente la fauna, que es patrimonio de todos y se nos va, para siempre, con los resultados de ciertas estrategias que hasta ahora se emplean en ellas...

¡Faltaría más, que no pudiéramos al menos opinar respecto a estos temas, cuando son un bien común y se financian a través de nuestros bolsillos!







Crédito de imágenes:

Foto 1: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 2: Oso pardo americano: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons. Oso   pardo europeo: Miguel Llabata.
Foto 3: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 4: Miguel Llabata.
Foto 5: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 6: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 7: Miguel Llabata.
Foto 8: Miguel Llabata.
Foto 9: Miguel Llabata.
Foto 10: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 11: Miguel Llabata.
Foto 12: Miguel Llabata.
Foto 13: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 14: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 15: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.

7 comentarios:

  1. En parte estoy de acuerdo contigo pero con matices:
    Creo que el urogallo cantabrico tiene ciertas diferencias con el pirenaico que habría que intentar conservar, porque creo que se puede.
    Me explico mejor: estoy de acuerdo contigo en que es mejor mezclarlo que dejar que desaparezca por completo, pero el problema es que sí puede!
    Te lo digo sin vacilar, soy asturiano y se lo suficiente como para saber que lo estan haciendo fatal. Estan dejandolos "a su aire", es decir los controlan más o menos pero la poblacion se acaba, no se lo toman en serio, si lo hicieran, cojerían cada huevo que pudieran y lo incubarían y criarían ellos mismos. Vamos como si tienen que contratar a un experto ruso en urogallos! Yo creo que criando bien cada huevo y luego soltandolos de adultos en la naturaleza se estabilizaría la población en bastante poco tiempo.
    Te podrá parecer que soy otro iluso que cree que se puede y al final acabaría con toda la población, pero con las burradas que hicieron ya, si no se extinguió aún con un poco de ayuda se recupera. Obviamente ese no es todo mi argumento, estoy bastante puesto y se que se puede, si el oso y el lobo pueden subir (que lo hacen a pasos agigantados) el urogallo si se ponen las pilas pasa de estar en peligro a ser una población de lo más estable.
    Por otro lado, a pesar de que acarrearía mucho trabajo lo más logico para mi sería quitar a los osos de Pirineos, que como tu bien dijiste son de Europa del Este, y poner osos cantábricos que deben de ser sus parientes más cercanos (que actualmente tienen una buena población). Tambíen se podría con osos de los Alpes o una mezcla de ambos, eso ya se vería.
    A mi personalmente me encantaría realizar un programa de recuperación de urogallos, cuando me gradúe en biología si puedo :/
    Gracias por leerlo. Buen post :). Un saludo!

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    1. Hola Lanval, antes de nada déjame darte la bienvenida, y agradecer tu participación.

      Bueno, la verdad es que no puedo estar muy de acuerdo con lo que expones, porque simplemente creo que no sería positivo, sino más bien todo lo contrario. Ir metiendo mano a los pocos que quedan sería darles el definitivo golpe de gracia. Esto se ha hecho, en cierta medida, con los linces ibéricos, pero es que linces ibéricos no hay en ninguna otra parte del mundo.
      Urogallos sí los hay, de la misma especie, en muy buenas cantidades, por diversas partes de Europa. La cantábrica es sólo una subespecie aislada recientemente, como lo fue el bucardo pirenaico respecto del resto de cabras ibéricas. Por eso creo que se está a tiempo de reintroducir nuevos ejemplares europeos que ayudarían enormemente a la endogámica población cantábrica, sin mayores manejos directos sobre los ejemplares existetes.
      Esa misma genética cantábrica, con su peculiaridad, se transmitiría a las siguientes generaciones, y al menos quedaría presente en buena medida en una población mucho más sana y numerosa, algo que si se hubiera hecho hace mucho tiempo con el bucardo, habría posibilitado la pervivencia de ciertas características pirenaicas que hoy ya no existen, por tozudez.
      Con respecto al oso pirenaico, vamos, ni por asomo, eso les falta a quienes buscan cualquier excusa...
      El oso pardo es oso pardo, aquí y en Rumanía, hasta en Norteamérica.
      Todos los osos europeos quedaban conectados por toda Europa hace poco más de mil años, lo de las subespecies va siendo más marcado conforme se van rompiendo los enlaces, y las poblaciones aisladas van reduciendo el flujo genético, entrando en el camino de lo que es más una "subespeciación" degenerativa que otra cosa.
      En condiciones naturales y sanas, los osos comunicarían sus poblaciones y genes de Galicia a Rusia.
      No sólo no importa que los osos pirenaicos sean eslovenos, sino que es bueno que lo sean y que además se pudieran cruzar con cantábricos que fueran llevados al Pirineo.
      De hecho, el gran error del Pirineo fue el no soltar parte de esos ejemplares eslovenos en la zona occidental, cuando aún quedaban componentes pirenaicos con los que haber vigorizado la población, hoy tristemente desaparecida para siempre.

      En fin, puntos de vista en cualquier caso. Pero sí me gustaría que al menos pudieras tener presente algo tan crucial como que la mayoría de las especies de Europa, quitado de alguna muy concreta, no han quedado aisladas sino en tiempos muy pero que muy recientes, siendo la pauta normal el haber mantenido conexión poblacional de núcleo a núcleo, prácticamente de parte a parte del continente, en términos generales, y ni te cuento ya en la Península Ibérica...

      Un saludo cordial, y gracias de nuevo por tu tiempo y participación.

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  2. Me gusto que me respondieras tan rápido, y gracias simplemente por hacerlo.

    Respeto y entiendo tu punto de vista, aunque es obvio que no estamos del todo de acuerdo. Quería dejar claro que este comentario es para preguntarte y no para convencerte, rebatirte o algo así.
    Así que: ¿Por qué crees que no dará resultados la cria en cautividad? Se hace en otras aves y yo creía que el urogallo no sería una excepción, entiendo que no funcione en un mamífero, pero en un ave todo es más instintivo y creo que daría resultado. Si no me equivoco se hace algo así con los kiwis... Bueno en realidad solo eso, me interesa tu opinion.

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    1. Resultados...¿a costa de qué?.
      Es evidente que insistiendo, y con el paso del tiempo, después de esquilmar buena parte de las poblaciones salvajes que aún quedan, y con enormes esfuerzos y costes en todos los sentidos, que yo creo innecesarios, podría llegar a funcionar, al menos en cierta medida. Seguramente con muchísimos esfuerzos se lograría crear una especie de granja de pollitos (urogallitos), aunque siempre habría que valorar la impronta humana recibida, por el propio manejo de esos ejemplares de cría en cautividad, que por ejemplo, todavía no está clara ni mucho menos en el caso de los linces...
      De momento, de los tres pollos criados en cautividad a partir de huevos, y liberados en el medio por el programa, lo único que sabemos es que no han durado ni tres meses en libertad. Tres posibilidades menos, y la población total, en alarmante descenso, y llevamos treinta años de protección y conservación...
      Pero lo grave de esto, es que va mucho más allá del hecho de conseguir que uno salga o no adelante, lo grave es cómo se organiza toda una estrategia dilatada en el tiempo, consistente en prolongar una situación agónica, que se beneficia de la llegada de millones y millones de euros de fondos LIFE europeos, con la "excusa" de mantener lo que no es sino un simple rasgo endogámico degenerativo diferencial respecto al resto de poblaciones de la misma especie en el continente.
      Me gustaría poder extenderme más en este comentario, pero para ello necesitaria más bien una entrada o artículo dedicado en exclusiva al urogallo, que creo que bien merece la pena. Así que te agradezco sinceramente tu interés, y te tomo la palabra para expresarte la que al menos es mi opinión, de forma mucho más pormenorizada, a través de un post sobre el urogallo, pero a su tiempo, cuando lo pueda encajar con la serie que estoy desarrollando.
      El tema es complejo, para entender la realidad del urogallo cantábrico, y cómo abordar la estrategia de su recuperación y conservación, cabe reflexionar desde muchos puntos de vista. Cómo se ha llegado hasta esta situación, por qué, cuáles son los factores negativos que han impedido, impiden o impedirán su recuperación, y cómo no podemos permitir que se juegue con una recuperación que pase por vincular al animal con lo que a mi juicio son estrategias que no responden a la finalidad más efectiva.
      Llevamos treinta años de supuesta protección, conservación y recuperación del urogallo, como de tantas otras especies, y aún hoy, por lo que se ve, parece que interesa prolongar esta agonía por otros treinta...
      No quiero dejarte así, sin profundizar más. Bastante agradecido estoy de que pueda interesarte mi opinión al respecto. Por eso, y por si acaso no lo conoces, te invito a que visites el Foro El Lince Ibérico, y busques en la sección de Estudio y Conservación de la Fauna Silvestre el post dedicado a Urogallos Cantábricos.
      Ahí te podrás hacer sin duda una muy buena idea de las visiones al respecto, incluida la mía, de forma muy extensa.
      Y de cualquier forma, tomo buena nota de tu inquietud, que también es la mía, y queda pendiente aquí, en Tierra Sylvana, un artículo que trate más a fondo el tema.

      También a mí me interesa tu opinión, más aún, si cabe, teniendo en cuenta que quizás un día puedas llegar a formar parte de aqullos que tratarán de salvaguardar de forma directa nuestro patrimonio natural.

      Recibe un fuerte abrazo de mi parte, y una vez más, un sincero agradecimiento por tu interés y participación.

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  3. Muchas gracias de nuevo ^^.
    Esperaré tu articulo y mientras leere otros de tus trabajos de este blog, pero por supuesto tomate tu tiempo.
    ¡Y muchas gracias por enseñarme ese foro! Me acabo de hacer una cuenta y comentare ahora mismo en el apartado del Urogallo Cantábrico (aunque será más o menos lo mismo que dije aquí jaja).
    Y por supuesto otro abrazo para tí, te has portado muy bien conmigo.

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    1. ¡Faltaría más!, creo que es lo míminimo para corresponder a tu interés y deferencia por dedicarle tiempo a este espacio e incluso a participar en él.
      Es posible que no estemos del todo de acuerdo en cuanto a las estrategias o formas, pero en cualquier caso estoy seguro de que ambos deseamos lo mejor para el urogallo cantábrico, y para todo el mundo natural, en definitiva, y en el camino del diálogo de visiones distintas, se encuentra siempre el avance.
      Seguro que seguiremos hablando y aportando lo que buenamente podamos, por aquí y por el Foro El Lince Ibérico, aunque sigamos con planteamientos algo distintos.

      ¡Hasta la próxima!.

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  4. Yo estoy de acuerdo con Sylvanus. Hace tiempo también pensaba que era posible mantener a estas pequeñas poblaciones, pero la experiencia demuestra que no es así. La traslocación y dejar hacer creo que es el método. Al final, el animal en cuestión objeto de un LIFE se convierte en el medio para mover un montón de dinero y empleo. El objetivo de cualquier ser humano es tener un trabajo y ganarse la vida. No digo que así sea, pero una especie x, se convierte en el medio de obtener recursos y hacer publicaciones, y esto es posible por su amenazado estatus. Sólo las especies en situaciones límite son productivas. Al lobo en la parte norte de España se le persigue y elimina, y en la sur supone el medio de vida para algunas personas SOLO si se admite que es una población especial. Si no tienen esta consideración, y se supone que lo que se quiere es tener lobos, una traslocación y que la naturaleza haga su curso es toda la inversión necesaria.
    En algunas especies, como en el caso del castor, cuyas poblaciones han sido muy reducidas, la mezcla con ejemplares procedentes de una nueva localidad produce el efecto de "sangre fresca" de modo que se refuerza su potencial reproductivo y su variedad genética aumenta haciéndose esta población más segura frente a enfermedades. Hace muchos años que el urogallo está en esa situación y las poblaciones descienden año a año. Una reintroducción de ejemplares quizá desbloquearía esta tendencia.
    Una reintroducción de ejemplares ahora sería más exitosa incluso que hacerlo cuando la especie ya esté prácticamente extinta. Coger los huevos, incubarlos etc, permite que más gente se implique en este proceso, pero cuando la especie es capaz de reproducirse por sí misma es un derroche. La mejor manera de aprender a ser urogallo es nacer bajo el calor y los cuidados de una urogallina, no en una incubadora. Estos mismos manejos se hacen con el quebrantahuesos y hay algunas asociaciones categóricamente en contra de este tipo de manipulación con razones argumentadas.
    El lince ibérico se aboca a la extinción de forma irremediable. Hay lugares que sin ser parques nacionales, están rodeados de menos cotos con veneno y carreteras, y quizá sería mejor sacarlos de allí y llevarlos a otros lugares que invertir dinero en un pozo sin fondo para que los linces nacidos en el año mueran atropellados en carreteras cercanas. O se actúa pronto o habrá que esperar a que el lince boreal se extienda hacia el sur para ocupar lo que un día ocupó el lince ibérico. Una cosa está clara. La gestión que se hace no sirve para nada. Estoy convencido que la captura de ejemplares y suelta en otros lugares sería menos problemática.

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