Translate

miércoles, 21 de octubre de 2015

EUROPA: GRANDES PREDADORES, LA ASIGNATURA PENDIENTE.




Nacimos con ellos, evolucionamos a su lado, y hemos llegado hasta hoy sin asumir nuestro deber como especie que, instalada en lo más alto del escalafón, tiene el premio de dominar el planeta que conquistó, pero también la obligación y la responsabilidad, en nuestro presente, de encontrar un hueco de reconocimiento, un camino de respeto, una vía de convivencia y coexistencia con aquellos que desde siempre, fueron nuestros directos competidores en el medio que nos vio crecer para alcanzar el mayor éxito.
Un respeto hacia la dignidad con lo natural, hacia la reconciliación con el planeta que nos cobijó, que nos cobija, y que pretendemos que así lo siga haciendo en el futuro, con toda su trayectoria, plasmada en su esplendor y grandeza de formas de vida.
Si desde nuestra consciencia, conciencia y madurez específica, no somos capaces de interiorizar la belleza, el valor añadido que otros seres aportan a nuestra presencia, su papel en el entramado vital del mundo que habitamos, su propia valía que suma a la nuestra y a la de nuestros descendientes, si no somos capaces de hacerlos parte de nosotros en una medida justa, de mayor presencia, en el todo que somos y seremos, será que, en definitiva, quizás no estamos a la altura, y hasta es posible que no merezcamos el honor de dominar este planeta por mucho más, y nos ocurra lo que a otras especies ya les ocurrió en el pasado.
La Naturaleza y el tiempo decidirán, en todo caso…




Temidos, odiados e injusta y desproporcionadamente juzgados, sentenciados y aniquilados, algunos de los grandes carnívoros de Europa han conseguido, a pesar de ello, burlar al humano a duras penas, hasta el siglo XXI, algo ya de por sí digno de admiración hacia tan magníficos supervivientes.
En ello han jugado un papel muy importante tanto la propia orografía del continente, repleta de cadenas montañosas de variada altitud donde encontraron refugio cada vez más escaso estos preciados componentes de nuestra fauna, así como los atrasos en el desarrollo de muchas de las naciones que hoy, precisamente por albergarlos, y desde una nueva visión, pueden y deben ser consideradas precisamente lo contrario, como potencialmente avanzadas por el sello de calidad ambiental incuestionable que estas especies les otorgan.
Pero el siglo XXI y sus gentes seguimos obcecados en no corresponder a los grandes predadores con esta nueva visión compatible. 
Ni la nueva mentalidad, ni la supuesta modernidad de esta cambiada Europa, ni la comprensión y respeto hacia los valores naturales de un territorio, han impedido lo que sin duda es un proceso de fracaso abocado a la catástrofe.
A lo largo de las próximas entradas iremos viendo una serie de capítulos que empezarán analizando muy por encima la situación general, grosso modo, de los grandes predadores en Europa, para abordar de inmediato los que atañen directamente a España, en el presente o en un futuro cercano.
Será pues una serie centrada en los grandes carnívoros ibéricos, su situación y expectativas, que algunos españoles conocen bastante bien, otros no tanto, y la mayoría desconoce por completo, es más, les trae sin cuidado.
Quiero dejar claro de antemano que serán redactadas bajo la opinión personal de un ciudadano cualquiera, alejado de todo vínculo profesional con la naturaleza, pero que no se cayó ayer del árbol en estos temas, sino que lleva cuatro décadas al tanto de ellos y ha recorrido buena parte del país en el que vive, disfrutando y aprendiendo de la naturaleza también sobre el terreno.
Vaya por delante que siempre he pensado que se debe respetar el trabajo de los profesionales, y sólo desde los entes destinados a tal efecto pueden entenderse las medidas destinadas a la conservación de especies en peligro, a través de la legislación pertinente. Ahora bien, lo que sí creo que debemos exigir a dichos entes, son resultados eficaces en esa gestión de nuestro patrimonio, y cuando uno asiste con dolor, rabia,frustración e indignación ante lo acontecido en este sentido durante décadas, no puede sino ver minada, profundamente socavada, la credibilidad y confianza depositada en esos responsables y sus actuaciones, reclamando pues soluciones efectivas.

Comprendan, pues, que los juicios que aquí voy a emitir, en mis análisis y conclusiones, no pueden, ni lo pretenden, señalar directamente a personas responsables de la extinción de nuestros grandes carnívoros. Personas y trabajos concretos que desconozco por completo, y que intuyo inmersos en un ámbito mucho más global que, al menos a mí, me impide separar el grano de la paja, ni determinar competencias.
No soy yo el adecuado para tal menester, ni muchísimo menos. Tampoco sería justo incluir en el mismo a saco a todo el mundo, puesto que siempre habrá un gran número de ellas que actúen de buena fe, dando lo mejor de sí mismas (seguramente la mayoría).
Lo que aquí se va a exponer es una crítica a la tendencia global, a través de hechos objetivos, con un resultado común; la extinción o no recuperación efectiva de especies de grandes carnívoros de España.
Van a ser, pues, unas entradas polémicas, incluso duras, las más difíciles a las que ya me enfrenté en la pasada etapa de mi anterior blog, pero comprometidas desde lo más profundo con el sentimiento de preocupación por restaurar y hacer viables, en una medida mucho más sostenible, aceptable, y desde mi punto de vista, acertada, las poblaciones de especies de grandes predadores de nuestro país, patrimonio natural de la Nación
Como un ciudadano más, tan sólo tengo lo que está a mi alcance, el provecho de las nuevas tecnologías y de Internet a través de este modesto y personal blog, para intentar exponer lo que he podido asimilar sobre la protección y conservación de estas especies, durante cuarenta años, que más o menos vienen a coincidir con la instauración de la etapa democrática moderna en España.


Y es que la concienciación por los valores naturales de un territorio supone la base fundamental de la conservación y protección de las especies que los habitan. Estos valores, en todo su conjunto, aportan un rico añadido a la propia especie humana, y no pueden, ni deben, en ningún caso, ser gestionados, dirigidos y orientados a la simple erradicación o control bajo mínimos, para el beneficio particular y exclusivo de una pequeña minoría.
Los grandes carnívoros ibéricos actuales, presentes desde hace miles de años en nuestro país, son “propiedad” de todos y cada uno de los habitantes de esta tierra, y por ende, del resto de la humanidad, presente y futura.
El mundo que leguemos a las generaciones que nos sucederán está hoy en nuestras manos, y si aquellos a quienes elegimos democráticamente a través de las urnas para gestionarlo son incapaces de proteger esta riqueza natural e histórica que no se mide a partir de la avaricia humana, tendremos otros que alzar la voz y recordarles constantemente que están ahí entre otras cosas para eso, y sus nombres y actuaciones quedarán marcados siempre en la historia como responsables directos de esa pérdida imperdonable.
Uno entiende que es difícil lidiar con intereses contrapuestos, el desarrollismo necesario de un territorio, y atender a quienes lo habitan, hacen complicada la compatibilidad de políticas al respecto.


Sin embargo el interés general, y muy especialmente el referido a nuestro Medio Ambiente, debe prevalecer por encima de cuestiones políticas y sectoriales.
Y se puede, con firmeza, determinación, creyendo y apostando decididamente en lo que se hace, con el compromiso y unos mínimos de responsabilidad de todas las partes implicadas, es posible esta coexistencia con tan insustituibles representantes de nuestra naturaleza, sin ningún tipo de traumas.
Conservar el espacio donde viven los españoles, con cada uno de sus valores naturales, fomentando e impulsando aquellos perdidos en áreas potenciales, debiera estar, sí o sí, entre los puestos de cabeza del ranking de esas cuestiones con prioridad absoluta, buscando una compatibilidad y sostenibilidad verdadera y efectiva.
No existe fórmula mágica, no hay panacea que valga, nadie va a descubrir nada a estas alturas, pues está muy claro cómo podría lograrse…Sin embargo, no me gusta quejarme o criticar algo sin dejar mi visión propia, más o menos acertada, de cómo sería posible esa alternativa a la situación actual, así que no me limitare a exponer los males que afectan a estas especies.
Intentaré aportar aquí mi granito de arena, por tanto, para que el “entre todos los mataron, y ellos solos se murieron”, pueda pasar algún día a “entre todos los conservaron, y ellos solos se recuperaron”.



Por encima de todo, y desde un principio, que no les confundan, quédense principalmente y de momento, como punto de partida, con esta sentencia: Los linces, lobos y osos, no “se extinguen” o “no avanzan”, sino que se les extingue o no se les deja avanzar, se permite y se facilita esa desaparición o no recuperación efectiva, que es un concepto muy distinto, siempre adornado bajo la estela de un “buenismo” y falsa preocupación conservacionista de las distintas administraciones.


Al lince, al lobo, y al oso, con algunos matices propios, los extingue o frena la misma razón, la misma causa; el ser humano…














Crédito de imágenes:

La foto del lince ibérico pertenece al "Programa de Conservación Ex-situ del Lince Ibérico www.lynxexsitu.es", el resto de imágenes son archivos libres de derechos de Wikimedia Commons.

7 comentarios:

  1. Con muchas ganas de leer tus comentarios sobre este asunto!
    Además este año tengo una experiencia en el Sistema Ibérico que ha cambiado mi visión sobre el asunto. No me cabe en la cabeza como un área tan enorme y despoblado puede estar sin depredadores como los lobos... Cuando en Galicia viven en zonas infinitamente más habitadas!
    Sin duda ahí hay algo que huele muy mal...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola D.E.L., ¿qué tal va todo?.

      Me parece que voy a dejar pasar unos días, porque estoy muy encendido con los planes del lobo en Andalucía y todo lo que se ha organizado alrededor.
      No quiero alterarme más de lo debido y empezar a diestro y siniestro, porque vamos, no tendría fin, y a lo mejor hasta me sobrepasaba llegando al insulto...y no me faltaría razón.
      Pero como nunca he apostado por esa línea, voy a intentar respirar profundamente unas cuantas veces para serenar el ánimo antes de ponerme a redactar, aunque de todos modos, no te quepa la menor duda de que procuraré poner las cosas en su sitio, al menos tal y como yo las veo y entiendo.

      Muchas gracias por participar y estar siempre por aquí, me alegro de leerte, como siempre.
      ¡Un gran saludo!.

      Eliminar
    2. ¿Qué pasa con los planes del Lobo? No estoy muy enterado que digamos, la verdad.
      ¡Espero poder leer la próxima entrada respecto a este tema pronto!

      Eliminar
  2. Saludos Sylvanus,
    Nada que añadir..todo se resume en tus palabras "no se extinguen o no avanzan, sino que  o se les extinguen o no se les deja avanzar".

    ResponderEliminar
  3. Bueno, pues esperaremos a que se te baje un poco la espuma je je. Hoy incluso me permito el lujo de escribir comentario. Impacientes por leerte ya sabes.

    ResponderEliminar
  4. Saludos tambien para ti Grumete, hace tiempo que no te comento...lo siento, ando algo apartado...un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias también a los dos, por participar una vez más.
    Espero al menos empezar este fin de semana con la serie.

    ¡Saludos!.

    ResponderEliminar