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sábado, 19 de septiembre de 2015

EUROPA: EL RETORNO DE LOS GRANDES HERBÍVOROS (III). LAS INICIATIVAS EN MARCHA.




Si algo nos va quedando claro a lo largo de esta serie dedicada a la posibilidad de resilvestrar poblaciones de caballos y toros en el espacio europeo, es que no parece existir un consenso a la hora de definir cuál es el proceso a seguir en cuanto a los animales que deben ser tenidos en cuenta para llevar a cabo este proyecto, ni qué ámbito es el idóneo para conseguir dicho propósito.
En esta línea de trabajo se echa de menos la uniformidad de criterio impuesta por una instancia superior, de ámbito científico y gubernamental, que a nivel europeo o nacional, marque las directrices que se entiendan como más acertadas.
Y es que en primer lugar cabe preguntarse si de verdad existe o llegará a existir una voluntad decidida por parte de los organismos competentes en volver a considerar a caballos y toros como posibles componentes salvajes futuros de la fauna europea, pese a los avances que poco a poco se van consiguiendo.

No voy a negar que, cuando menos, es un motivo de alegría que ciertas instituciones de ámbito privado estén llevando a cabo distintas iniciativas por el continente que de una u otra forma vuelven a contar en espacios reducidos con parte de estos componentes faunísticos.
Sin embargo me preocupa bastante el tema de la unidad de criterio, porque el fin último no debe ser crear una serie de parques temáticos educativos, que por otro lado pueden ser muy importantes en sus propios fines o metas, incluso como motores dinamizadores de la economía rural.
Con esto sólo estaríamos recreando recintos de cría de especies o razas en peligro, como ya llevan a cabo desde hace muchos años algunas asociaciones ganaderas, e incluso una concepción distinta del actual modelo de parque zoológico, pero no verdaderos espacios naturales en los que la fauna interactúa en completa libertad.

Caballos de Przewalski en Lacuniacha (Huesca).

Me mantengo firme en la idea de que para considerar un verdadero “rewilding” como tal éste tiene que venir siempre consensuado por instituciones superiores competentes que autoricen la suelta de ciertos componentes faunísticos en el medio natural a través de parques nacionales, reservas de caza, parques naturales o terrenos privados, donde, por sus características, puedan desarrollar el ciclo normal ecológico todos los componentes de la cadena trófica.
Y sin ninguna duda, nunca podrán considerarse verdaderos procesos “rewilding” si estas sueltas en el medio natural no van acompañadas por otras de carnívoros salvajes que regulen las poblaciones de herbívoros de forma natural.
Mientras no se den estas premisas, podemos maquillar las iniciativas de la forma que más nos guste, podrán tener validez en su propio ámbito, serán muy interesantes de cara a la divulgación y salvaguarda de ciertos animales amenazados de extinción, pero jamás una restitución de la naturaleza perdida de un territorio.

Actualmente existen en España diversos proyectos encaminados a contar con estas especies de grandes herbívoros, pero ninguno parece definitivamente orientado hacia la posterior suelta de los animales que son objeto de atenciónen espacios naturales libres.
Hemos hablado en alguna ocasión de la reserva de San Cebrián de Mudá, con sus bisontes europeos y caballos de Przewalski, de las fincas asturianas, también con bisontes y reconstrucciones de neotarpanes o caballos konik, a las que ahora puede sumarse el proyecto del Parque Paleolítico de Atapuerca, con la suelta de caballos de Przewalski, neotarpanes konik, neouros y bisontes, o el Parque de Teverga, y más recientemente, la Reserva de Valdeserrillas (Benageber/Valencia) o los bisontes de alguna finca extremeña cercana a Monfragüe.

Neotarpán o Caballo de Heck.

Que resilvestrar está de moda es un hecho cada vez más constatado. Poco a poco, el concepto se va abriendo paso como puede (o más bien como le dejan), llevando a la práctica una vía novedosa y alternativa dentro de la conservación medioambiental, buscando fórmulas que permitan el aumento de una biodiversidad perdida que, por el momento, a través de iniciativas privadas, queda aún muy lejos de un auténtico planteamiento rewilding.
Así, bajo actividades como centros de recuperación de fauna amenazada, atracción de turismo o innovación ganadera, caballos salvajes, neouros y bisontes, se van instalando en España, sin demasiado ruido, pero con paso decidido.
De las distintas actividades en marcha, ésta última de la nueva ganadería es, a mi juicio, la vertiente más alentadora del proceso de acogida de bisontes, neouros o caballos salvajes,
Porque si un centro de divulgación o de recuperación de especies amenazadas, con sus vallas, jamás va a contribuir al restablecimiento de las especies en el país, no podemos decir lo mismo de una ganadería que mantenga sus reses de forma libre por los montes, como ocurre hoy con vacas, cabras, ovejas o caballos.
¿Resultará posible que un día podamos contemplar en los bosques y en los pastos de las montañas cantábricas, pirenaicas, ibéricas o béticas, manadas de estos bóvidos, cual rebaño de vacas?.
¿Existiría desde esta concepción alguna traba para su establecimiento en régimen de semilibertad en el medio?.
Al fin y al cabo, si llega a encontrarse un provecho rentable en la explotación de especies poco dependientes del hombre, sería un gran paso, qué duda cabe. Y si las nuevas generaciones de ganaderos innovadores, comprometidos con una nueva visión tolerante con la conservación de la naturaleza, supiesen admitir de buen grado la depredación ocasional de sus reses por parte de osos y lobos, adjuntando a su sello de calidad y denominación de origen el distintivo de ganadería respetuosa que convive con depredadores, habríamos avanzado mucho por la senda del rewilding, pese a aceptar que los bisontes, uros o tarpanes, tuvieran dueño.
¿Acaso no campan hoy a sus anchas las vacas y caballos domésticos hasta en el Parque Nacional de Picos de Europa?, ¿no ocurre lo mismo en el Pirineo, incluso en el mismo Parque Nacional de Ordesa o en Aigües Tortes?. Pues si poco a poco, esas vacas fueran gradualmente sustituidas por un nuevo tipo de ganadería compuesta por bisontes, neouros y caballos salvajes, y pastores que los dejaran vivir en libertad, sacando un provecho en ciertas épocas del año, tengan por seguro que estaríamos muy cerca del auténtico rewilding.

Caballo de Przewalski.
Es posible, pues, que estemos adentrándonos hacia un cambio de mentalidad progresivo que, poco a poco, se pueda ir instalando entre audaces nietos e hijos de ganaderos, gentes de esta nueva época que saben acoplarse a los tiempos presentes y prevén el futuro, reorientando su actividad, haciéndola así compatible con la demanda de una sociedad cambiante que exige ante todo respeto por los valores naturales que son de todos y cada uno de los habitantes de este país, y propuestas que aumenten la riqueza de la vida salvaje.
Todavía son pocos, pero estos pioneros merecen todo el respeto y apoyo de aquellos que constantemente abogamos, de una u otra forma, por conservar y potenciar la naturaleza salvaje de España.
En cualquier caso, y hasta el día de hoy, todas ellas me han parecido importantes acciones de cara a la divulgación o la concienciación, y que cuentan aún con mi respeto y admiración, consciente de que poco más han podido hacer quienes al menos trabajan en la práctica en estos temas, pero insisto en que quedan muy lejos de mi visión y la de tantos otros de un verdadero proceso “rewilding”, y por ello, empiezan a dejarme un regusto amargo si no tienen como finalidad una suelta en libertad en el medio plazo, puesto que de este modo sólo estaríamos contribuyendo a cercenar más espacios libres y a crear la visión de que este tipo de fauna, sólo tiene cabida en cierto tipo de parques, recintos o fincas. Y nada más lejos de mi propósito para con el “rewilding” y su divulgación.

Neouros de Heck.

Y es que, de la misma forma que en un determinado momento se apostó por la suelta de muflones en la Sierra de Cazorla, por el establecimiento de poblaciones de gamos en la Serranía de Cuenca, y, quizás más erróneamente, por la introducción de arruís en Sierra Espuña, deberíamos contemplar hoy en día la suelta de caballos y toros silvestres en distintos espacios naturales emblemáticos de nuestro país, y, por encima de todo, asumiré como un definitivo paso hacia el verdadero “rewilding” el poder contarles un día noticias como:




“Una manada de lobos que iba a ser abatida como excedente poblacional en Castilla y León ha sido capturada para su posterior transporte y suelta en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas, con el fin de reincorporar al medio parte de su fauna desaparecida en tiempos recientes y como medio de control de las desmedidas poblaciones de ungulados salvajes…”

Entonces y sólo entonces estaremos caminando hacia la verdadera recuperación y conservación de la biodiversidad perdida en nuestro país en cuanto a mastofauna se refiere.

Y para ello, es imprescindible que se adopten ciertos criterios desde los organismos medioambientales.
El primero de ellos, saber qué tipo de caballos y toros silvestres podrían ser los elegidos para volver a recuperar a tan emblemáticos componentes faunísticos de nuestro país.
No cabe duda que en este sentido una de las iniciativas más interesantes es la de Fundación Naturaleza y Hombre-Rewilding Europe-Western Iberia y su reserva privada de Campanarios de Azaba (Salamanca).
Y me parece interesante no por ser una finca acotada, sino porque ha apostado por una raza de caballo que, lejos de presentar los problemas que puedan tener otras gestionadas por organizaciones ganaderas, es propiedad del CSIC, del Gobierno, o dicho de otra forma, de todos los españoles.
Además, es posible que “de un plumazo”, solucione bien la cuestión sobre qué tipo de caballo es el adecuado para llevar a cabo esta re-naturalización de la especie, sobre todo en los dos tercios meridionales del país.

Dehesa ibérica.

El caballo de las retuertas vive completamente asilvestrado en reservas científicas del Parque Nacional de Doñana. Constituye una singular raza casi olvidada, en claro riesgo de desaparición, que en su tiempo sirvió como animal de arrastre de barcazas en las duras condiciones que impone del humedal. De su éxito en los terrenos arenosos de las marismas recibió el nombre de  “las retuertas”.
En el año 2006, una serie de estudios moleculares de este tipo caballar pusieron de manifiesto que se trataba de una de las razas más antiguas de Europa, aunque encuadrada dentro de la rama ibérica.
En julio de 2012, un acuerdo entre el CSIC y la Fundación Naturaleza y Hombre, permitió la translocación de veinte ejemplares con el fin de salvaguardar la población de esta antigua raza de posibles problemas sanitarios, además de poder contribuir a la recuperación de herbívoros salvajes que eviten la simplificación de paisajes y entornos que carecen de ellos. En este espacio se ha liberado también ganado bovino perteneciente a la raza sayaguesa, considerada una de las más cercanas al extinto uro.
Nuestros vecinos portugueses tienen su equivalente Oeste Ibérico en la reserva de Faia Brava, espacio gestionado por ATN (Associação Transumância e Natureza), muy cercana a la salmantina, en donde se han liberado poblaciones de caballos garranos y bóvidos maroneses.
Algunos parques o reservas europeas, que de uno u otro modo abordan el concepto “rewilding”, han decidido contar también con caballos, przewalski, konik, o neotarpanes, y recreaciones del neo-uro o toro salvaje, para llevar a cabo un proceso de restauración de manadas en semilibertad, entre ellos la Reserva de la Biosfera de Askania Nova (Ucrania), la Reserva de Monts d’Azur (Francia), la Reserva de Oostvaarderplassen (Holanda), y otras muchas reservas o parques de Lituania, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Austria, incluso el famoso Parque Nacional de Bialowieza (Polonia).



El proyecto de recrear al extinto uro no es algo nuevo, pues tuvo ya un primer intento con la iniciativa de los hermanos Heck en la década de 1920.
Los alemanes, mediante un proceso de selección artificial y retrocruce, tomaron distintas ramas bovinas de Europa para lograr una raza de aspecto muy similar al uro, aunque de forma parcial, pues en la mayoría de casos no se obtuvo ni la alzada ni la cornamenta requerida, ni muchísimo menos, la capacidad de supervivencia en el medio natural expresada en la bravura necesaria para repeler el ataque de depredadores, aunque, como digo, actualmente muchos rebaños pastan en enclaves naturales de Alemania, Holanda, Austria, Inglaterra, Francia o Letonia, mientras que Polonia se negó rotundamente a aceptar este tipo como sustituto del antiguo toro salvaje.
Algunos especialistas en bovinos tildaron a este experimento como “la mayor estafa científica del S.XX”.
Iniciativas, como las de Taurus Project (Stichtingtaurus), Uruz Project (The True Nature Foundation), Taurus Cattle (ABU/Arbeitsgemeinschaft Biologischer Umweltschutz) o Polish Foundation for Recreating the Aurochs (PFOT), llevan algunos años inmersos en el lento proceso de recreación del uro a partir de datos genéticos o morfológicos más precisos de la especie ancestral, para tratar de obtenerlos después de las razas primitivas mejor conservadas de Europa y traer de vuelta al bovino europeo salvaje, con el fin de liberarlo en un futuro distintos áreas naturales del continente que se presten a ello.

Neouros de Heck.


Y en éstas estamos, sin una uniformidad clara de criterio respecto a los tipos a resilvestrar, y con una muy indefinida, pero esperanzadora nueva Ley en nuestro país, que contemplará la posible reintroducción de especies extintas en España, incluso las perdidas en tiempos históricos.
No pueden faltar, pues, de ninguna forma, estos componentes a los que hicimos desaparecer de nuestros espacios, para que vuelvan a vagar en libertad formando parte del entramado natural, como cualquier otra especie silvestre, principalmente en aquellos lugares que representan o pretenden representar los ecosistemas mejor conservados y protegidos, por su riqueza de especies y calidad ambiental.








Crédito de imágenes:
 
Foto 1: Miguel Llabata.

Foto 2: Miguel Llabata.
Foto 3: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.

Foto 4: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 5: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 6: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 7: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 8: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.

4 comentarios:

  1. Hola Sylvanus!
    El asunto de la poca uniformidad de las razas bovinas o equinas de un hipotético rewilding en el conjunto europeo, seguramente sería algo problemático a escala humana. Me refiero a que en muchos lugares (Estoy hablando de un futuro idílico dónde se apostase en serio por el tema) se soltarían las razas equinas y bovinas propias del lugar así sin más, en otros se soltarían los caballos y ganado de Heck y en otros combinaciones variables (Más o menos afortunadas en su recreación del tipo original) de razas y morfologías según si habláramos del proyecto TaurOs , el Uruz o algún otro. Esto haría que quien viajara por varios lugares naturales del continente (Y con más o menos el mismo tipo de ambiente ojo) se quedaría un poco con un cacao mental al comparar la relativa uniformidad de otros animales como los bisontes con el de los equinos y los bovinos salvajes.
    Pero si esto se hace bien; primero, hay corredores que conecten los distintos espacios naturales y segundo se le deja TIEMPO a la naturaleza para que actúe sola, esta heterogeneidad se iría limando con el tiempo.
    En escala humana 1000 años son una burrada para esperar una uniformidad en el ganado salvaje, pero para la naturaleza no es nada.
    Mucho ánimo y adelante con el blog!

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    1. Pues sí, tienes razón D.E.L., y de cualquier modo, en tanto en cuanto llegara esa uniformidad, también podrían contemplarse como tipos o razas propias de cada lugar, que seguramente en muchos perídos pasados también las hubo. lo verdaderamente importante sería poder recuperar los nichos perdidos, volviendo a contar con estos componentes.
      Pero lo que sí que entiendo como más necesaria, es una apuesta decidida de las Administraciones de los distintos Estados, bien para poner en marcha los procesos, bien para dejar a otros que lo hagan, si es el caso, pero en total libertad.

      Ánimo tengo muchísimo...¡lo que me falta esta temporada es algo más de tiempo! ;-))

      Un gran saludo.

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  2. Hola Sylvanus... me tenías preocupado. No es normal que tardes tanto en publicar, pero veo que de repente has escrito dos entradas... te echaba de menos. Un abrazo y gracias por continuar...

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    1. Hola Grumete, gracias a ti por seguir por aquí, que sé que también estás teniendo una temporada "movida".
      Hace poco entré a tu blog, y ví el calvario que te está tocando pasar...Qué decir. Simplemente mucho ánimo.
      Por mi parte, este año estoy mucho más limitado por tiempo y dedicación a otros menesteres, así que si encuentro ratillos, los paso más en el foro o informándome que redactando entradas nuevas, que me exigen mayor esfuerzo. De hecho estas dos últimas, y casi todas las que vendrán de aquí a final de año, serán "reposiciones" adaptadas, del bog anterior. Pero bueno, ya lo tengo asumido para esta temporada.

      Lo dicho, un gran abrazo también para ti y muchísimo ánimo con la "jugada" que te han hecho, y con el proyecto de tu nuevo hogar.

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