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jueves, 7 de mayo de 2015

MUNDO REWILDING: EUROPA (VIII). RECUPERANDO LAS ESPECIES PERDIDAS.



A lo largo de las últimas entradas hemos ido avanzando por el camino a seguir para lograr una “renaturalización” del continente europeo.
Expuestas las estrategias de conectividad, a través de áreas protegidas, grandes corredores, y pasillos biológicos, hoy toca el turno de centrarnos en aquellas especies candidatas a ser devueltas a todos aquellos espacios con hábitat favorable para su retorno.

Antes de nada, y para ir acotando especies, veamos una tabla de cuáles han sido, a nivel de grupo, los componentes propios de la fauna europea que de forma normal, han mantenido representación constante o de gran continuidad en estas tierras a lo largo del Cuaternario y hasta nuestra aparición e impacto.

Familias, géneros o especies propias de Europa de los últimos 2'5 millones de años hasta la aparición del humano moderno.

Una constante de especies y nichos de alrededor de treinta y cinco componentes de mamíferos grandes-medianos, han constituido la base de la fauna europea a lo largo de todo este tiempo, en ocasiones con algún componente más, en otras con alguno menos.
Elefántidos, con al menos cuatro especies, rinocerontes con cinco, hipopótamos con una o dos, grandes bóvidos con Leptobos, Hemibos, uros, bisontes, búfalo de agua…También Ovibos con bueyes almizcleros, équidos con caballos, estenónidos y hemiones, cérvidos con megaloceros, alces, ciervos, gamos, renos y corzos, entre otros, ovicápridos o ungulados de la montaña con cabras, arruís, thares, muflones y rebecos, ungulados de espacios abiertos o esteparios con gacelas, Soergelia y saigas, también jabalíes, macacos, castores, puercoespines y marmotas, entre otros componentes más modestos. En cuanto a los carnívoros, grandes úrsidos como cavernarios y polares, otros de tamaño medio como el oso pardo o el tibetano, grandes y medianos felinos siempre con algún componente cubriendo el nicho, dientes de sable Homotherium o leones, Megantereon, jaguares europeos o leopardos, y en un escalón inferior, linces. También hienas, grandes cánidos como licaones o lobos, otros medianos como arnensis y cuones, y pequeños como zorros y zorros árticos. Presentes también grandes mustélidos, como el glotón, y finalmente, homínidos.


De todos ellos van a salir, por tanto, nuestros posibles candidatos de pleno derecho para recomponer la esquilmada biodiversidad europea en cuanto a mastofauna se refiere.


¿Qué nos queda, entonces?. ¿Con cuántos componentes a nivel planetario podríamos contar a día de hoy para restablecer el funcionamiento de la naturaleza europea potencial del pasado?.

Todo, nos queda todo, y esa es la gran suerte y la buena noticia para Europa, que si quisiéramos, podríamos contar prácticamente con todos y cada uno de los nichos y componentes perdidos.

Componentes existentes en la actualidad que restablecerían la fauna perdida de Europa.

Elefantes indios, rinocerontes blancos y negros/indios (por asimilación al nicho ocupado en el pasado) que habrían llegado de una u otra forma hasta Europa con el transcurso de los milenios sin nuestra presencia e impacto. Hipopótamos iguales, de la misma especie que desterramos hace 35.000 años del continente, razas vacunas descendientes del antiguo uro, bisontes prácticamente indistinguibles dentro del amplio grupo de tipos del pasado, que podrían ocupar tanto ecosistemas abiertos como forestales, búfalos de agua que ocuparían los nichos en los humedales, como ya lo hicieran Hemibos, y otros Bubalus del pasado, hasta hace tan sólo 7.000 años. Ovibos, hoy de nuevo presentes en el norte del continente con el buey almizclero, un nutrido grupo de razas de caballos, como przewalskii, neotarpanes, konniks, exmoor, asturcones o retuertas, entre muchos otros. Asnos y onagros, que ocuparían el espacio de los antiguos estenónidos y hasta de los mismos hemiones u onagros presentes en Ucrania hasta el siglo XIX. Alces, ciervos, gamos, corzos y renos, distintos cérvidos aún hoy presentes, que se distribuirían por todas las zonas aptas para su presencia en el continente. Rebecos, cabras, muflones, y hasta arruís o thares, para ocupar el nicho de la montaña. Saigas para distribuirse colmando de plenitud las estepas europeas. Jabalíes, macacos de Berbería, castores, puercoespines y marmotas, todos ellos de las mismas especies que hasta nuestra aparición estuvieron presentes en el territorio. Osos polares en el norte (más propio del ámbito de El Gran Norte, pero también europeos), osos pardos. Leones, leopardos e hienas de las mismas especies desaparecidas a inicios del Holoceno. Grandes cánidos como el lobo, medianos como el chacal dorado (ya presente en buena parte de Europa), zorros rojos y árticos, en sus distintos ecosistemas. Glotones, en la taiga europea, y cómo no, humanos, contados hoy en día en Europa por más de setecientos millones…


¿Dónde radica entonces el problema?...Precisamente en el último dato expuesto, en la convivencia y coexistencia con los acomodados setecientos millones de humanos europeos, y nuestra propia historia y forma de entender cuanto nos rodea, y su dominio absoluto.

Hablamos ya sobre ello en el primer capítulo de esta serie de Mundo Rewilding dedicada a Europa.
Bien, seamos conscientes de nuestra propia realidad presente, de nuestro tiempo, ha llegado la hora de tomar en consideración el rewilding moderado, aquél que no supone una excesiva conflictividad de componentes en convivencia con los humanos, con las especies  que han llegado hasta nuestros días, y con aquellas que siguen el mismo patrón y que pueden recuperarse de forma totalmente libre a lo largo y ancho del territorio.
Dejaremos el extremo para más adelante, aunque también quedará expuesto, para ser tenido en consideración de forma más controlada, o bien de forma libre en generaciones futuras más concienciadas y respetuosas.

Esta será la temática de las próximas entradas.






Crédito de imágenes:

Foto 1: Archivo libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 2: Miguel Llabata.
Foto 3: Archivo libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 4: Miguel Llabata.

3 comentarios:

  1. Desde luego la variedad de grandes mamíferos en Europa a lo largo del Pleistoceno es una espectáculo. ¿No recuerda mucho a África? ...
    A todos ellos, hace poco leí que se podría añadir un componente inesperado... En 1934 se describió un material de búfalo procedente de Valdarno en Italia. Aunque originalmente descrito como Bubalus iselini, más tarde fue reevaluado (No sé cuando, por quién y en que condiciones) como Syncerus iselini. El mismo género del actual búfalo cafre.
    Así que estaríamos hablando de un búfalo de tipo africano en Europa en (posiblemente) el Pleistoceno medio. Seguramente especies "africanas" de este tipo podrían haber tenido una larga historia evolutiva en Europa, y sin embargo apenas nos queda nada de ellos.
    Estuve investigando algo sobre el tema de Syncerus iselini para mi trabajo de fin de grado, pero dudo que vaya a hacerlo sobre él, no tengo la menor idea de dónde podría encontrarse el material la verdad.
    Y hablando de fauna africana en Europa... Busca algo sobre el yacimiento de Fonelas... ¡Es una pasada!
    Mucho ánimo con tu blog Sylvanus.

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  2. ¡Hola D.E.L.!, me alegra leerte de nuevo.

    Bueno, recuerda a África porque ésta ha sido el área que mejor conservada ha llegado hasta el presente, pero en realidad lo que se puede entender es que todo el planeta mantenía una constante en cuanto a nichos y especies, como norma, hasta tiempos muy recientes.
    No es que Europa se pareciera entonces a África, sino que hoy África es lo único que se parece a lo que siempre fue el planeta, en conjunto.
    Esa visión de continuidad de nichos y especies, como norma, es la que trato de reflejar en estas entradas, aunque procuro centrarme más en los componentes que existían en el momento de llegada del humano moderno, las últimas faunas, que en realidad, contaban ya con los componentes que nos han llegado hasta el presente, pero también con otros que hoy parecen fuera de lugar, y sin embargo sólo lo son porque o bien los extinguimos, o bien no les hemos dejado seguir con su proceso norma de retorno y asentamiento, como siempre sucedió en el pasado.
    Europa no es un continente sentenciado por castigo divino, ni por causas ambientales o climáticas, a contar con las especies menores que hoy se entienden como propias. Esa circunstancia está siendo provocada y mantenida en el tiempo, desde nuestra aparición, no sigue el patrón de tiempo geológico de asentamiento de especies y correcto funcionamiento potencial de los ecosistemas europeos.

    Respecto a Syncerus iselini, no lo conocía, así que te agradezco mucho el aporte. Al parecer sólo se ha encontrado de forma muy puntual en Valdarno, sin ninguna otra muestra a lo largo del tiempo y espacio europeo, lo que desde luego es bastante raro.
    Y lo de Fonelas, tienes razón, lo conozco y es una pasada. Como esa constante a la que hago mención, sirve, para encuadrar la existencia de megafauna en un todo continuo, sin embargo queda muy lejos en el tiempo de las especies más acordes a las fases recientes, del Pleistoceno Superior, que eran las que ya convivían con las que nos han llegado.

    ¡Saludos y muchas gracias por participar!.

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  3. Gracias a ti por seguir con el fantástico blog. Por cierto, van a presentar prontodos libros que creo que te interesarán:
    El primero está editado Robert Sala y se titula "Los cazadores recolectores del Pleistoceno y del Holoceno en Iberia y el estrecho de Gibraltar". El segundo está editado por Martín Almagro-Gorbea y se titula "Protohistoria de la Península Ibérica".
    Mucha suerte.

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