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martes, 10 de febrero de 2015

OTROS BÓVIDOS DEL CUATERNARIO TARDÍO EN EUROPA.






Durante el Pleistoceno Superior existieron otros dos bóvidos de grandes dimensiones en Europa.
Ambos estaban condicionados por un tipo de hábitat muy determinado. El primero durante la fase cálida y húmeda del interglaciar, el segundo en el momento más significativo del clima ártico glaciar. Me estoy refiriendo al búfalo de agua y al buey almizclero.

Los búfalos de agua han estado presentes en Europa durante buena parte del Cuaternario. Precisamente sus primeras evidencias aparecen en España, en el famoso yacimiento de Venta Micena de Orce (Granada). Aquí fueron descubiertos restos de Hemibos gracilis, ancestro directo del búfalo de agua asiático actual, datados entre 1’6 y 1’4 millones de años, que vienen a demostrar una expansión temporal más o menos continua de esta familia durante las fases templadas, desde Hemibos gracilis en España, pasando por Hemibos galerianus en Italia, hace 700.000 años, el búfalo acuático europeo (Bubalus murrensis), en la mayor parte del continente desde poco tiempo después y de forma discontinua hasta del Eemiense, hasta llegar por fin al búfalo de agua salvaje asiático (Bubalus arnee), según corroboran los recientes hallazgos holocénicos en las principales vías fluviales del centro y este de Europa.
La problemática en  el hallazgo de fósiles de este género reside en que estuvo muy limitado en cuanto a su hábitat, pudiendo encontrarse restos únicamente en lechos fluviales o áreas lacustres.
Los mejores yacimientos de búfalos europeos se encuentran en Alemania, Italia y Holanda.

Búfalo de agua (Bubalus bubalis).
Cabe destacar, además, que ese mismo espacio ha podido estar ocupado por alguna otra especie de distinta línea durante algunos períodos de vacío en los que no se encuentran restos de los búfalos de agua, como los correspondienytes a entre 2 y 1’6 millones de años o entre 1’4 y 700.000, ya que sí encontramos, por ejemplo, fauna asociada a ese hábitat, como Hippopotamus antiquus




Es posible que algún tipo de Leptobos, y quizás de bisontes de la línea mennerii-voigtstedtensis, estuvieran bastante ligados al medio palustre.
Los búfalos de agua, en cualquier caso, y a tenor de la ausencia de restos hasta el presente, no parecen refugiarse en las penínsulas meridionales durante los glaciares a menos que se hayan establecido bien con anterioridad en períodos donde los ciclos de alternancia fueron más dilatados (caso de Hemibos), sino que sus apariciones están condicionadas por avances rápidos desde Extremo Oriente (China), a través del Asia Central, en las fases templadas
La evidencia más palpable de que el hombre frenó un nuevo avance de los búfalos de agua hacia el occidente de Europa en tiempos holocénicos han sido documentadas en los descubrimientos de las terrazas fluviales de la cuenca de los Cárpatos y en Austria, que han ofrecido restos fósiles que demuestran la recolonización y supervivencia de la especie entre 9.000 y 6.000 B.P., justo en el período anterior a la aparición de la ganadería y durante la consolidación de ésta en los territorios citados (Cultura neolítica de la cerámica de bandas 7.500/6.500 B.P.)

Búfalo de agua (Bubalus bubalis).

El búfalo acuático fue domesticado hace unos 5.000 años en el subcontinente Indio, y desde entonces, y hasta hoy, ya como Bubalus bubalis, la especie se ha expandido en régimen de semilibertad por los cinco continentes.
En Europa son comunes en Italia al menos desde el tiempo de Las Cruzadas, si no con anterioridad. Allí se aprovecha su leche para la elaboración del famoso queso mozzarella, y hoy en día están presentes en casi toda la Europa Oriental e incluso en Gran Bretaña.
En nuestro país fue introducido como ganado por los árabes en Al-Andalus durante el Período Omeya, pues formaba parte de su dieta, aunque no parece haber sobrevivido mucho tiempo a la Reconquista, ya que no existen menciones posteriores al respecto.

Actualmente son considerados como una especie a tener muy en cuenta a la hora de crear proyectos "rewilding" no sólo porque su presencia como familia y género queda plenamente justificada para Europa hasta tiempos recientes, sino por diversos motivos entre los que destacan las siguientes; ocupan un nicho en fases templadas, dentro de los humedales, que resulta imposible para otros ungulados como toros o caballos, controlan la expansión del carrizal beneficiando a otras especies, podrían suponer un importante medio de sustento para grandes predadores y carroñeros, y producen una serie de recursos más que beneficiosos para el hombre, como carne, piel y productos derivados de la industria láctea. 

Búfalos de agua en Laguna del Cañizar (Teruel-España).

De hecho en España contamos ya con una primera prueba experimental en la Laguna del Cañizar (Teruel), donde incluso se han adaptado y han procreado, superando bien el frío ambiente estepario invernal del mediterráneo continental, con abundantes nevadas y temperaturas por debajo de cero durante algunos meses.




 Volveremos a tomarlo en consideración como candidato rewilding de Europa.





Buey almizclero (Ovibos moschatus).
Por otro lado, el buey almizclero (Ovibos moschatus) fue un habitante típico de la edad del hielo europea. Su distribución se restringe hoy a zonas árticas, siendo uno de los mamíferos terrestres mejor adaptados a la tundra fría.
A nivel de macrofauna es considerado como el más relevante elemento faunístico indicador de clima frío extremo.




Contrariamente a lo que pueda deducirse de su aspecto, este ungulado está genéticamente más emparentado con las cabras y ovejas que con los bueyes.
En nuestro país se constató su presencia tras encontrar restos fósiles en el yacimiento de L'Arbreda (Girona), en el horizonte de transición Gravetiense-Solutrense (Maroto et Al., 1996), coincidiendo justamente con el pleniglacial.
Seguramente fue poco frecuente fuera de este período y no se espera que el registro fósil ponga de manifiesto una distribución geográfica más allá del entorno próximo al Pirineo.
El buey almizclero evolucionó a partir de formas esteparias europeas que no habitaban la tundra, como Praeovibos priscus y Ovibos suessenbornensis, pero poco a poco fue adaptándose a la periodicidad glacial, de tal forma que no pudo sobrevivir en otro tipo de ecosistema que no fuera el de la estepa fría o la tundra, dándose la circunstancia de que terminó extinguiéndose en Europa y Asia a inicios del Holoceno, pero por suerte, atravesó con anterioridad el Estrecho de Bering para colonizar el continente americano. 

Manada de bueyes almizcleros.

Fue masacrado en Alaska hasta su exterminio a principios del siglo XX, sobreviviendo desde entonces únicamente en Canadá y Groenlandia.
El buey almizclero ha sido uno de los primeros animales que se han visto favorecidos por el concepto "rewilding", pues ha sido reintroducido en Noruega (1932) y Siberia (1975), con tanto éxito que alguna población ha cruzado la frontera de Suecia y se ha establecido de forma permanente en dicho país escandinavo.


Huelga decir que en nuestro país carecería de sentido su reintroducción, pero sí es un componente de la fauna más septentrional de Europa, y ligado por tanto al “rewilding” de El Gran Norte, que por suerte, hemos podido recuperar ya para pasar a engrosar la lista de biodiversidad perdida en el continente.







Crédito de imágenes:

Foto 1: Imagen libre de derechos de Wikipedia.
Foto 2: Imagen libre de derechos de Wikipedia.
Foto 3: Imagen libre de derechos de Wikipedia.
Foto 4: Miguel Llabata.
Foto 5: Public Domain Images.
Foto 6: Public Domain Images.

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