Ciervos
y gamos completan la lista de cérvidos europeos presentes en el continente
durante los últimos 125.000 años.
Hoy
en día se encuentran muy bien distribuidos a lo largo y ancho de Europa, siendo
muy apreciados entre el sector cinegético, que en estos casos, ha contribuido
de manera notable al restablecimiento de sus poblaciones durante el último
siglo.
Sin
embargo, ciertas medidas tomadas por distintas administraciones, al menos en
nuestro país, ponen en riesgo la expansión definitiva por el territorio de tan
característicos representantes faunísticos.
Medidas emprendidas para frenar la
conflictividad con el ser humano, dada su abundante presencia en determinadas
zonas, que en contra de reorientarse hacia proyectos de translocación a otras
áreas donde aún están ausentes, o paliar los efectos de su superpoblación a
través de la reintroducción de sus depredadores (en este caso el lobo), pasan
directamente por exterminar de forma masiva a miles de ejemplares.
Y
también otras, relacionadas con criterios subjetivos y bastante desacertados
respecto a la supuesta aloctonía o autoctonía, afectan en este sentido.
Veamos
más detenidamente estas cuestiones centrando el artículo en clave hispana.
Ciervo común (Cervus elaphus). |
El
ciervo común o venado (Cervus elaphus) es el ungulado salvaje
ibérico de mayor tamaño en la actualidad, y siempre se ha considerado pieza
cinegética por excelencia, ya desde tiempos antiguos, tal y como atestiguan las
pinturas rupestres del Paleolítico.
Aunque
prácticamente llegó a quedar recluido al cuadrante suroccidental de la
Península Ibérica a principios del siglo XX, durante las últimas décadas,
debido al abandono de los montes y las tareas agrícolas, y sobre todo gracias a
las reintroducciones con fines cinegéticos, hoy vuelve a ocupar la mayor parte
de su distribución original, y sólo falta en algunas zonas del oeste de
Galicia, de la Meseta Castellana, Valle del Guadalquivir y zonas cercanas a la
costa levantina.
Sus
efectivos, en constante expansión, están fuera de peligro, estimándose entre
trescientos y quinientos mil ejemplares.
El
ciervo sólo necesita espacios con suficiente cobertura vegetal para desarrollar
su ciclo vital, y se puede decir que actualmente (con la excepción de unos
pocos enclaves privilegiados en donde es perseguido por el lobo) su único
depredador es el hombre, que a través de la caza mata cada año miles de
ejemplares, controlando así sus poblaciones en aumento.
Se
prevé que el ciervo llegue de forma natural durante las próximas décadas hasta
aquellas zonas donde todavía hoy está ausente.
Distribución geográfica del ciervo en España. |
Sin
embargo, y como ya les he apuntado, esto es sólo una previsión, pues lo planes
emprendidos, especialmente desde inicios de la Crisis, pasan únicamente por
exterminar al ciervo allí donde aumenta de manera notoria sus poblaciones, bajo
la premisa de que hay que buscar la sostenibilidad con las actividades humanas,
principalmente agrícolas y de pastos para el ganado, en dichas zonas.
Y
es que, durante los últimos años estamos asistiendo a un importante aumento
poblacional de ungulados silvestres en buena parte de España.
Esto,
lejos de ser un problema de proporciones dantescas, como algunos pretenden
hacer ver, no es sino la lógica consecuencia de varios factores: Una mayor
concienciación respecto a la protección de la fauna, que por fin aumenta
poblaciones para según qué especies, ocupación de nuevos ecosistemas naturales
aparecidos tras el abandono de las actividades rurales y la disminución de la
cabaña ganadera, una mayor regulación y control sobre la práctica cinegética,
donde se persigue el furtivismo y se fomentan las repoblaciones y translocaciones
entre cotos, y la inexistencia de predadores naturales como el lobo, que
deberían estar de igual forma presentes para regular el número de ejemplares de
herbívoros.
Así
pues, si exceptuamos el tema de la inexistencia de predadores como el lobo,
esta circunstancia de aumento de ungulados silvestres debería contemplarse como
lo que en realidad es, un auténtico triunfo de la conservación de especies y
espacios silvestres que no ha venido tanto de la actuación directa de la
Administración, sino como consecuencia de otros factores coyunturales.
Dicho
esto, cabría preguntarse si es necesario algún tipo de control para
contrarrestar el efecto “nocivo” que esta fauna necesaria puede representar
para ciertas comunidades rurales, en extremos muy puntuales, y, en caso
afirmativo, cuál sería exactamente ese modelo coherente que no pasara por el
exterminio masivo constante, a escala inaceptable, que se está permitiendo en
muchas áreas del país.
Conocemos
ya como incluso en espacios que supuestamente gozan de la más extrema
protección a nivel estatal, como son los
parques nacionales, se está llevando a cabo esta política de exterminio masivo,
enmascarada bajo el título de “control poblacional”.
En
Guadarrama (Parque Nacional) la Consejería de Medio Ambiente se propuso en 2013
reducir en cinco años a la mitad la población de cabra ibérica, para ello llegó
a un acuerdo con una “asociación deportiva” para que diez arqueros abatieran un
total de 750 cabras salvajes. Al menos en este espacio concreto, las
administraciones correspondientes han tenido la delicadeza, y buen tino, de
ceder bastantes ejemplares a Francia para que repueble con ellas el Pirineo.
Algo digno de alabanza. Y también parecen estar procurando un espacio al lobo
que ha llegado después de muchos años para instalarse en el mismo Parque
Nacional. De momento, por tanto, se puede decir que en este caso se ha actuado
dentro de unos parámetros aceptables, con lógica, coherencia y sentido común.
Mucho
peor les va a los ciervos de los Parques Nacionales de Monfragüe y Cabañeros,
que a día de hoy, a mi juicio, son una auténtica vergüenza en cuanto a gestión,
conservación, protección y recuperación de especies,
En
ellos se ha se llegado al extremo de declarar zona de emergencia cinegética,
hasta reducir el número de cabezas de ciervos a la mitad y la libre caza todo
el año y en todas las explotaciones de jabalí.
Lo
mismo podemos decir de las poblaciones de ciervos en el Alto Tajo, Montes
Universales y Serranía de Cuenca, que parecen poco menos que Emergencia
Nacional, y donde se han llegado a matar más de mil ciervos…¡mil!, en los
últimos ocho meses en la zona, entre ellos, ciervas preñadas.
Medio
Ambiente de Aragón no se queda corto y autoriza ahora la intensificación de la
presión cinegética en la reserva de Montes Universales, y fomenta la caza de
hembras en los cotos colindantes sin ningún tipo de restricción.
Así,
se contemplan las siguientes cifras, escalofriantes e inaceptables: Abatir 1.500
ejemplares de septiembre a diciembre de 2014, 1.300 ejemplares durante el año
2015, 1.200 ejemplares durante el año 2016…
Ningún
territorio parece ajeno a tales medidas de control.
En mi tierra, Valencia, por
ejemplo, encontramos la nueva comisión que se encargará de “controlar” los
daños de la fauna silvestre, y a lo largo y ancho del país, podemos encontrar
respuestas similares, y ni digamos ya en el caso del jabalí.
Como
conclusión a toda esta vorágine, me formulo una serie de preguntas:
¿Hemos
estado trabajando durante casi cuatro décadas para restablecer la fauna de un
país para, cuando ésta alcanza niveles óptimos y lógicos de expansión,
exterminarla? ¿Por qué?.
¿Es
posible que en algunas zonas concretas las poblaciones se disparen más allá de
cifras asumibles porque no se ha completado el círculo natural, el equilibrio
de la pirámide ecológica?.
¿Dónde
están los lobos y los linces que deben controlar ungulados y lagomorfos?. ¿Cómo
es posible su ausencia en los territorios de máxima protección y conservación
de los elementos faunísticos más representativos de los ecosistemas, véase
parques Nacionales?.
¿Qué
hay del papel de los herbívoros salvajes a la hora de realizar las tareas de
cuidados de monte que no se están llevando a cabo por parte de las brigadas
forestales?, ¿nos quejaremos después de los montes llenos de broza y arbustos,
que prenden como polvorines durante el verano?.
¿Por
qué es necesario abatir miles y miles de ejemplares cuando estas especies son
escasas o inexistentes en otras zonas del país?.
¿No
sería más lógico emprender proyectos de translocación a gran escala, aunque
para ello se aceptara y contara con el trabajo y la colaboración de voluntarios
y asociaciones conservacionistas?.
Por
ejemplo, en Murcia se está intentando devolver al medio al ciervo, la cabra
hispánica y el corzo, que hoy en día son los grandes ausentes de su fauna, o
muy escasos.
Aquí
tendrían una estupenda oportunidad de contar con ejemplares prácticamente
gratis.
En
muchas zonas de la Comunidad Valenciana o Cataluña, como por ejemplo la Reserva
de los Puertos de Beceite o la Tinença, el ciervo mantiene una presencia muy
testimonial, y lo mismo sucede con la especie en Galicia…¿A qué esperan pues,
en vez de exterminarlos de forma masiva?.
Muchas
otras sierras de Valencia y Alicante, algunas emblemáticas y hasta bajo la
figura de parques naturales, carecen aún de la mayoría de estos ungulados,
véanse Espadán, Calderona o Mariola, donde podría repoblarse con ciervo y cabra
hispánica, que ayudarían, y mucho, en la prevención de incendios forestales en
estas áreas siempre al filo de la navaja en cuanto a la acción devastadora del
fuego se refiere.
Una
verdadera lástima y una nefasta gestión de espacios y especies que debe
cambiar, sí o sí, y con urgencia, y de la que volveremos a hablar cuando
tratemos el tema de los grandes predadores.
Pero
no sólo de controles poblacionales se nutre la insensatez de la supuesta
conservación de la fauna en nuestro país.
Otro
terrible azote se cierne como peligro al parecer incuestionable, las supuestas
autoctonías y aloctonías, de las que hablaré detenidamente en un artículo
posterior.
Gamo (Dama dama). |
El
gamo (Dama dama), probablemente el más hermoso de los cérvidos, es una
de esas especies injustamente tratadas por los actuales criterios faunísticos
empleados por el humano para sentenciar qué fauna debe habitar o no un
territorio concreto.
Acusado
de alóctono y competidor con la fauna “nativa”, cabría pararse a pensar en
nuestra propia aparición en Europa, hace apenas 40.000 años, y en su presencia
ininterrumpida en el continente, desde hace al menos 400.000 años, sin contar
con su ascendencia directa a través de otra especie del género, conocida como
Dama nestii, presente desde casi dos millones atrás y de la que parece haber
evolucionado nuestro paleto mediterráneo, para poder hablar con un mínimo de
propiedad sobre el concepto "autóctono" o "alóctono", que
al parecer, basa su criterio en el absurdo matiz de que una especie estuviera o
no presente en el territorio desde la llegada del Holoceno.
Y
es que sólo un corto espacio temporal deja un pequeño vacío, lleno de
incógnitas por resolver, en el que sus restos no se encuentran en nuestra
península.
Junto
con el muflón, el gamo es considerado hoy como una especie alóctona en España,
esto es, no nativa, y por ende, susceptible de quedar en el punto de mira por
posible competencia con otras especies de remarcada autoctonía, como el ciervo,
el corzo, o la cabra montés.
Respecto
al muflón y el gamo,por ejemplo la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
dice que sólo se contempla un aprovechamiento normal en aquellos terrenos
cinegéticos con introducción autorizada de estas especies. En el resto de
casos, todas las medidas irán encaminadas a reducir la densidad poblacional, a
favor del ciervo y, en su caso, del corzo. Con esta medida, además de aumentar
la carga a favor de las especies autóctonas, disminuye el riesgo sanitario al
reducir la variabilidad de vectores y evitar el desplazamiento que ambas
especies realizan sobre las autóctonas en los hábitats mejores.
Si
el caso del muflón, pese a constatarse en un pasado “reciente” la existencia de
ovinos salvajes en la península, puede presentar algunas dudas, el del gamo es
un clarísimo ejemplo de sinsentido e ineptitud, aplicado como un claro motivo
de merma de la biodiverisdad en cuanto a grandes mamíferos se refiere.
Gamo en la nieve. |
Hasta
hace poco se consideraba que el gamo había desaparecido de Europa, debido a
cambios climáticos, a finales del último interglaciar e inicios de la última
glaciación, hace unos 100.000 años, en base a la inexistencia o escasez de
restos de la especie en el continente a partir de esas fechas.
Su
reaparición en el continente, en tiempos históricos, se propuso como fruto de
la acción del hombre, que lo habría reintroducido en algunos puntos del
Mediterráneo durante época fenicia o romana.
Posteriormente
se ha empezado a aceptar el hecho de que poblaciones relictas de la especie
hubieran sobrevivido no sólo en Turquía, sino también en algunas zonas del sur
de los Balcanes e Italia, en base a ciertas evidencias que señalan su presencia
en tiempos muy tempranos del período Holoceno.
Como
muestra, los grabados rupestres de la Gruta de Addaura, en Sicilia, un buen
ejemplo donde podemos observar claramente un gamo junto a humanos. Estos
grabados están datados en fechas mesolíticas, en un indefinido intervalo temporal
de 11.000 a 8.000 años antes del presente.
Recientes
estudios, señalan y apuntan también hacia una supervivencia que supera en mucho
la entrada al último período glaciar en nuestro país.
Así,
no sólo aparecen sus restos a inicios de la glaciación, hace 90.000 años en
Madrid (Cueva del Camino, Pinilla del Valle) y 85.000 en Cataluña (Cova del
Rinoceront), sino que encontramos los hallazgos recientes más sorprendentes,
datados en la Cueva de Higueral de Motillas (Cádiz), que ofrecen restos de gamo
que prueban su supervivencia, aun relicta, en el extremo sur peninsular en
época solutrense, el momento más frío del último período glaciar, el máximo
glacial de hace 21.000-18.000 años, y asociados a la caza del ser humano…
Teniendo
en cuenta que al mismo Equus hydruntinus,
équido estenónido mal denominado “asno salvaje europeo”, se le consideraba
extinto en la península en fechas similares al gamo, descubriéndose más tarde
restos de la época del bronce en el sureste peninsular, y siendo después (al
igual que el gamo) citada la encebra o zebro, por autores medievales, ¿sería
muy descabellado pensar en la supervivencia y continuidad del gamo, de forma
testimonial, en algunas zonas del sur peninsular hasta la llegada de tiempos
más propicios a su expansión, que aún no se sabe cómo, ni está probada ni
documentada su llegada, parece aceptada en tiempos de los romanos?.
Para
algunos autores aún prevalece la idea de que el gamo fue reintroducido, incluso
en tiempos tan antiguos como 4.000 años atrás, por algunos pueblos de ese
período, en Balcanes y sur de Francia, desde Turquía. Para otros, ocurrió lo
mismo en Iberia en época romana.
Distribución geográfica del gamo en España. |
Y
de cualquier forma, en época medieval, el gamo estaba ya muy bien representado
por diversas zonas de nuestra Península.
Alfonso
XI, en el S.XIV, ordenó que en el término de Murcia, "ninguno sea osado de matar puerco, ni oso, ni gamo, ni con
ballesta ni con cepo, ni con otro armadijo…”.
En
el S. XV abundaba entre Guadix y Almería,
y fue protegido en el entorno de la ciudad de Granada en 1499.
Antes
de las reintroducciones llevadas a cabo en el S.XX (Cazorla, Serranía de
Cuenca, Valencia, Alicante, Pirineo Catalán…), el gamo habitó, desde al menos
la Edad Media, buena parte del país, estando aún presente con toda seguridad, a
finales del siglo XIX, en Sierra Morena, Cuenca del Tajo y Montes de Toledo.
¿Se
puede tener la desfachatez de seguir considerando al gamo alóctono?.
Plantearse
si quiera la aloctonía del gamo, o un posible control de esta especie en
supuesto favor de otras es, en mi opinión, una auténtica barbaridad que no se
sostiene atendiendo a que estaba presente en España cientos de miles de años
antes del asentamiento de ciervos o cabras ibéricas, y que convivió con estas
especies de forma natural, y sin catastrofismos, hasta verse arrinconado
durante el último máximo glacial.
Manada de gamos. |
Aun
aceptando que pudiera haber desaparecido hace18.000 años, cabría preguntarse,
además, por qué no lo hizo en anteriores períodos glaciares de igual incidencia
extrema climática, y cuánto tuvo que ver la llegada del hombre moderno a
nuestra península, hace 40/35.000 años, para que la especie, acantonada en su
refugio meridional ibérico, fuera exterminada (si es que lo fue por completo),
dado que hasta en esas fechas, se ha constatado su caza por parte de los
cazadores-recolectores presentes entonces en la provincia de Cádiz.
Por
último, no es menos sorprendente que nadie se cuestione la autoctonía del meloncillo,
la gineta, o la garduña, especies hoy totalmente representativas del ecosistema
mediterráneo ibérico, que no aparecen hasta tiempos históricos los dos primeros
(reintroducciones de fenicios y árabes), o hasta inicios del Neolítico la
garduña, ni por ejemplo, su posible efecto competencia con el amenazadísimo
lince ibérico, sabiendo como sabemos, que frecuentemente depredan sobre
conejos, base de la alimentación del gato manchado, algo que por otro lado
matizo, sería otra barbaridad bajo mi punto de vista.
Pero,
¿por qué unos sí y otros no?…
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Buen articulo como siempre Miguel. Sinceramente en cuanto al gamo me parece que no es descabellado pensar que pudiese haber sobrevivido en ciertos reductos peninsulares hasta que se diesen unas condiciones mejores para su expansion. Pero aun asi es posible que estuviese mas extendido de lo que pensamos. Estamos hablando de un animal muy adaptable, se le puede encontrar en el monte mediterraneo, en el bosque atlantico, en las zonas humedas y hasta en las serranias (Yo mismo los he visto en la Serrania de Cuenca tan campantes), es decir, que sobrevive en muchos tipos de habitats, incluso por su cornamenta he llegado a pensar que esta echo para climas frios (la cornamenta en forma de pala le debe ser util para apartar la nieve y llegar a los brotes de debajo de ella con mayor facilidad que en el ciervo rojo, al menos esa es la hipotesis que sostengo) y aun asi tambien prospera en climas calidos, lo cual vengo a decir que seria muy raro su desaparicion por el clima y en el caso de que asi hubiese sido seria un "expediente X" como el leopardo europeo, un misterio. En cuanto al ciervo coincido que es una verguenza su gestion. Siempre sera asi mientras el lobby cinegetico se imponga sobre todo lo demas y no se de cabida a otras alternativas. Soy manchego y he visitado el parque de Cabañeros muchas veces, y casi estoy seguro de que el mismo parque es un criadero de ciervos, he visto los corrales donde los "capturan" pero su destino son las fincas de caza de alrededor del parque donde se celebran monterias. Y si recordamos los despropositos mas actuales, como las monterias "secretas" echas hace poco y que cierta persona que pertenece a la cupula del poder politico se haya estado construyendo una mansion dentro del parque nos podemos esperar cualquier cosa. Un saludo
ResponderEliminarHola anónimo. Bienvenido y gracias por participar en Tierra Sylvana.
EliminarNo soy contrario a una gestión cinegética regulada, de hecho me parece que gracias a ella, y en el caso de los ungulados, tenemos hoy distribuidas a muchas especies a lo largo y ancho del país. Tampoco me parece mal, hasta cierto punto, buscar una sostenibilidad o compatibilidad de las especies salvajes con nuestra presencia. Son dinámicas comprensibles y asumibles siempre y cuando prevalezca la recuperación efectiva de las especies en todos los espacios disponibles.
Pero es que todo ello tiene una vertiente que está ocultando enormes despropósitos, sobre todo referido a los grandes predadores.
Y esto nos lleva al tema de los parques nacionales, muchos de los cuales, por no decir todos, son una vergüenza en mayúsculas, y no cumplen con los parámetros para los que han sido declarados, o al menos no para objetivos concretos, sobre todo, y una vez más, centrados en los grandes depredadores.
Clama al cielo andar "lloriqueando" por las "plagas" de ungulados (ciervos, cabras, jabalíes, corzos), pero al mismo tiempo impedir la reintroducción y asentamiento del lobo en todas aquellas zonas en las que tiene nicho y presas de sobra, que no serían "plagas" si ayudara notablemente a su regulación, que por otro lado recaería sobre todo en los ejemplares enfermos o viejos, en definitiva menos preparados, lo que a su vez estaría aumentando la calidad de trofeos entre el sector cinegético. ¡Ah amigo!, pero es que se escucha la palabra "lobo" y aquí todo el mundo se pone nervioso...Claro de aquellos barros estos lodos, luego a quejarse de plagas y a darle al gatillazo del exterminio masivo, algo que por otro lado ni siquiera es un factor beneficioso para el sector cinegético, porque esto es sólo exterminar por exterminar, "controlar" lo que otro elemento natural debería estar ayudando a controlar, siendo así consecuentes con una verdadera política de conservación y recuperación de especies y el mantenimiento de los entornos naturales de nuestro medio ambiente.
Pero iremos hablando de todo ello más adelante, claro que sí. El rewilding empieza por conservar, afianzar y recuperar en todos los espacios naturales existentes lo que ya tenemos en otras zonas, y en esto queda mucho en qué profundizar y trabajar, para ir consiguiendo logros mayores.
Respecto al gamo, yo estoy convencido de que en su momento competitivo con otras especies, y en su adaptación a las duras condiciones, fue sentenciado por nuestra llegada, como tanta otra fauna de entonces.
Tengo ya más dudas de si pudo o no sobrevivir de forma relicta hasta tiempos históricos, pero en cualquier caso, es una especie tan ibérica como cualquier otra, y desde luego mucho más antigua en esta tierra que nosotros, los humanos modernos.
Saludos.
É verdade, até aqui em Portugal temos uma ideia errada em relação ao gamo, mas faz todo o sentido que seja autóctone, pelo que aprendi muito com os teus textos. Adoraria ter aqui na região norte de Portugal gamos em estado selvagem,bem como Corcos e veados,
ResponderEliminarSaludos
Rui Olá!, Eu senti sua falta por aqui!. Bem-vindo à Tierra Sylvana, eu espero que você achar que é tão interessante quanto El Tiempo Que Olvidamos.
EliminarBem, eu não sei como ele funciona em Portugal o tema da caça, mas aqui na Espanha, em terrenos privados, a posse do gamo é possível, portanto, eles são bastante espalhadas por todo o país e muitos escaparam formando populações selvagens.
Não têm gamos em Faia Brava? É relativamente perto do norte de Portugal, certo?.
Eu suponho que você pensa mais para a regiôes do Peneda-Gerês e Montesinho.
Bem, o tempo a tempo, talvez no futuro.
Desculpe se o meu Português não é muito bom. Eu traduzi-lo como eu posso, mais é suficiente para entendernos.
Gran saudaçâo!.
¡Hola Rui!, ¡te echaba de menos por aquí!. Bienvenido a Tierra Sylvana, espero que te resulte tan interesante como El Tiempo Que Olvidamos.
Bueno, no sé cómo funciona en Portugal el tema de la caza, aquí en España, en cotos privados, tener gamos es posible, por eso están bastante repartidos por el país, y algunos escapan formando poblaciones en libertad.
¿No tenían gamos en Faia Brava?, está relativamente cerca del norte de Portugal ¿no?.
Supongo que te referirás más a la zona de Montesinho y de Peneda-Geres.
Bueno, tiempo al tiempo, quizás en un futuro.
Perdona por mi portugués, ya ves que no es muy bueno. Traduzco como puedo, pero nos basta para entendernos.
¡Gran saludo!.