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viernes, 2 de enero de 2015

EL CUATERNARIO Y SUS ETAPAS.




Como ya he comentado, la evolución de la fauna en el mundo ha sido, es y será, un continuo ir y venir de especies en el tiempo condicionado por varios factores como la adaptación al medio, la competitividad, la especialización o el aislamiento.
El primero de ellos ha sido, desde siempre, el cambio climático.
Sabido es por todos que nuestro planeta no mantiene un clima, y por lo tanto, unos ecosistemas constantes a lo largo de la Historia (entendida ésta como miles o millones de años).
Cambios en el eje de la Tierra, la variación de su órbita respecto al Sol, el desplazamiento de los polos o la caída de grandes meteoritos desde el espacio, han modificado a lo largo de los tiempos el clima de las distintas regiones del planeta.
Estas transformaciones del clima, y por consiguiente, de la vegetación, llevaron implícita la extinción, la retirada, la adaptación, la evolución, el avance o la llegada a nuevos territorios, de miles de especies a lo largo de la historia de la Tierra.


La época de los grandes reptiles tocó a su fin por uno de estos cambios, seguramente un gran meteorito que cayó sobre el planeta y lo sumió en un período de oscuridad y variaciones climáticas que imposibilitó la supervivencia de los dinosaurios, pero que por el contrario, permitió el desarrollo de los primeros mamíferos pequeños que fueron el origen de la posterior supremacía de la mastofauna de dicha clase, especialmente durante el Cuaternario, que ocupó los nichos ecológicos que dejaron los grandes saurios.
En este sentido no debe sorprendernos que las especies que hoy se distribuyen por las distintas zonas geográficas del planeta sean auténticos triunfadores que supieron sortear y superar los obstáculos, a la par que aprovechar las condiciones que estos factores determinantes les supusieron.
El primero de estos condicionantes ha sido pues, desde siempre, el cambio climático, y ninguno cautiva tanto nuestro interés como la alternancia de etapas glaciares e interglaciares.



Las glaciaciones son períodos fríos de la Tierra, de bajas temperaturas, que dan como resultado un aumento de los hielos continentales, los casquetes polares y los glaciares. Según esa definición, todavía hoy nos encontramos en uno de estos momentos, puesto que existen casquetes polares en el norte y en el sur del planeta.
No obstante, dentro de las glaciaciones podemos encontrar muchas fases distintas de disminución o aumento de la temperatura, con el consiguiente avance o retroceso de los hielos. Se suele hablar pues de períodos glaciares e interglaciares, aunque incluso en ellos podemos encontrar también fases más o menos acentuadas de enfriamiento pronunciado o climas cálidos.
¿Qué factores producen la existencia de una glaciación?
La respuesta a esta pregunta es todavía hoy desconocida para la ciencia, al menos con total seguridad. Sigue siendo un tema muy debatido, aunque se intuye que los cambios de órbita de la Tierra alrededor del Sol, la propia órbita de éste respecto al centro de la galaxia, la composición de la atmósfera, los movimientos de las placas tectónicas, la cantidad de corteza terrestre y oceánica, la dinámica en la órbita terrestre-lunar, los impactos de meteoritos y los grandes terremotos, así como la erupción de volcanes, serían una suma de causas que podrían dar respuesta a dicha controversia.

Algunod rinocerontes de Eurasia.
Estos períodos álgidos de frío, que a menudo se encuentran presentes durante miles de años con sus mayores o menores picos de intensidad, son conocidos con el nombre de épocas glaciares, y suelen dar paso a otros denominados interglaciares, donde el clima cálido parece presentarse de forma permanente, también con oscilaciones, durante otros tantos milenios, pero que no son sino un paréntesis en el avance hacia una nueva época glaciar, una alternancia de “edades” frías y cálidas que ha propiciado el asentamiento o retirada de un tipo de fauna específica, que por regla general siempre ha ocupado los nichos vacíos que dejaban sus predecesores, con especies similares, pero adaptadas a las nuevas condiciones.



El establecimiento de estas especies se generaba a través de migraciones desde sus enclaves óptimos o bien mediante un proceso de evolución adaptativa de los componentes ya existentes en una zona.
Conviene pues recalcar que, de no haber sido por la acción del humano moderno, ya fuera a través de la caza directa o mediante las barreras de transformación antrópica del medio, esas especies u otras muy afines habrían retornado para ocupar sus nichos en el actual período cálido interglaciar, cosa que evidentemente no sucedió.
Por ello, en la sección sobre rewilding de Tierra Sylvana, y al menos en lo referido a Europa, vamos a tomar como punto de partida el final del último período cálido anterior al actual, que fue muy similar, para ver cuáles eran esos grandes mamíferos y hacernos una idea de la biodiversidad perdida en el continente y también en la Península Ibérica.

Damos pues un salto en el tiempo y nos remontamos a lo que los especialistas denominan como Cuaternario, que arbitrariamente es una forma de medir y acotar una escala temporal geológica.
Se suele hablar en estos términos de Eras para establecer divisiones y subdivisiones de las rocas según su edad en una doble dimensión: estratigráfica y cronológica, desde la formación de la Tierra hasta la actualidad, atendiendo también en ocasiones a criterios faunísticos del registro fósil.


En este marco, el último período geológico, el Período Cuaternario, se incluye dentro de la Era del Cenozoico y comprende dos Épocas; Pleistoceno, desde hace dos millones y medio de años hasta hace sólo doce mil, y Holoceno, cuyo inicio viene a coincidir con el final de la última glaciación, hace doce mil años, y en el cual aún nos encontramos.
La propia Época del Pleistoceno se subdivide a su vez en Edades, que en la historia reciente han sido nombradas como Pleistoceno Inferior (hace 2’5 mill. de años a 780.000 años), Pleistoceno Medio (780.000 a 125.000) y Pleistoceno Superior (125.000 a 12.000).
De ahora en adelante emplearé también los términos convencionales B.P. (before present) “antes del presente”, o los más comúnmente usados en historia; a.C. (antes de Cristo) y d.C. (después de Cristo), para períodos más próximos a nuestros días.









Crédito de imágenes:

Foto 1: Public Domain Images.

Foto 2: Miguel Llabata.

Foto 3: Public Domain Images.

Foto 4: Miguel Llabata.
Foto 5: Miguel Llabata.
 

2 comentarios:

  1. Mucha suerte en tu nueva aventura, llevo un buen rato leyéndote para no perderme ni una de las distintas entradas que has puesto. Seguro que este blog también se llena pronto de seguidores y va alcanzando el éxito.

    Por cierto, gracias por incluirme en una de tus entradas introductorias como uno de los blogs que has seguido durante los últimos tiempos

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    1. Ya lo creo que llevas tiempo...Que yo recuerde, desde el post del zebro allá por noviembre de 2012. Parece que no, pero ha llovido...
      Lo de los seguidores, será señal de que gusta y llega, y eso sí me alegrará, claro. Lo del éxito, bueno, cada uno entiende por éxito lo que entiende. Para mí, uno sólo de vosotros, lector o comentarista, ya es un éxito enorme y merece toda preocupación y ganas de seguir.

      Respecto a tu espacio, Mirada de Lince, cómo no lo iba a incluir. Me parece como ese perfume que destila toda verdadera vocación, la vocación de alguien que estoy seguro que algún día dará mucho a la Conservación, desde la Biología, o simplemente desde su persona.

      Un saludo Álvaro.

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