Translate

viernes, 9 de enero de 2015

REWILDING: ¿CÓMO PONERLO EN PRÁCTICA?.




Para entender mejor la cuestión, de forma divulgativa, voy a poner un sencillo ejemplo. Imaginemos una calle antigua en estado de abandono, con una serie de edificaciones continuas en distinto grado de ruina que se encuentra junto a otras habitadas, modernas y funcionales, en una misma manzana o barrio.
En algunos casos un simple reforzamiento, apuntalamiento, reforma y conservación de los edificios, pueden resultar suficientes para hacerlos de nuevo compatibles e integrados con el propio diseño y particularidad de la actual manzana en su conjunto.
Sin embargo otras edificaciones tienen su estructura original prácticamente desaparecida, en un estado ruinoso casi absoluto, así que en ellas es necesario replantear una reconstrucción total, aunque adaptada a las nuevas circunstancias de los barrios circundantes.
Esa manzana o barrio podría ser cualquiera de las distintas áreas, continentes o regiones de nuestro planeta, la calle en abandono sería buena parte de su naturaleza amenazada. Las edificaciones que pueden restaurarse son algunos de los ecosistemas y las especies que se mantienen mejor o peor conservados, y las que necesitan una reconstrucción total adecuada a las nuevas circunstancias, caso a caso, son esos ecosistemas y especies que desaparecieron para siempre por causa de una profunda humanización del territorio.

Bajo estas premisas encontramos hoy trabajados, pero en buena medida deficientes, planes de conservación de la naturaleza a través de distintas leyes de protección o mejora de hábitats, con creación de reservas, parques naturales, parques nacionales, y un sinfín de categorías menores.
Sin embargo este tipo de conservación, muy necesaria, resulta a todas luces insuficiente, como digo,  a la hora de garantizar la continuidad y supervivencia de determinadas especies, y todavía más marcada va a ser esta tendencia en un futuro muy cercano vista la situación actual.
Así pues el "rewilding", impulsado por la mano del hombre de forma directa y decidida, puede ser una herramienta fundamental en la que apoyarse para garantizar una recuperación más significativa de entornos naturales con retorno constante de la biodiversidad perdida a los territorios que ven cada día más amenazada la subsistencia de muchas de sus especies, en especial, y a nivel planetario, los grandes mamíferos.
Dependiendo de las características propias de continentes, países o regiones, hablaríamos de “rewilding” Tipo A o moderado, o bien “rewilding” Tipo B o extremo, teniendo en cuenta de forma particular a los elementos más castigados.

Elefante africano y cría.

Entenderíamos por moderado aquél que no supone un cambio sustancial respecto a un pasado reciente, incluyendo en áreas potenciales adecuadas a componentes que hasta no hace demasiado convivían en la zona, y que sobre todo no suponen un problema significativo con las circunstancias actuales más allá del que ya se tiene en otras áreas del mismo territorio.
De este modo, en algún espacio concreto de Sudáfrica, por ejemplo, elefantes, rinocerontes y leopardos, pueden considerarse como candidatos de un "rewilding" Tipo A o moderado, mientras que en Europa lo serían osos, lobos y bisontes.
Concebiríamos por tanto como extremo o Tipo B al "rewilding" que recupera una serie de especies que no sólo desaparecieron hace ya mucho tiempo del territorio, sino que además, actualmente, son muy difíciles o imposibles de recuperar de forma libre por su excesiva conflictividad con el ser humano en esas áreas, teniendo que quedar adscritas a un espacio muy concreto que, incluso en determinadas zonas como Europa, pasaría inevitablemente hoy en día por el cercado de seguridad.
Entre los candidatos se encuentran por ejemplo hipopótamos, leones, leopardos o hienas en Europa.
Así, en el África Subsahariana, Asia Tropical, incluso en el Himalaya, Siberia o zonas próximas al Ártico, todavía podemos hablar de forma completa a través del “rewilding” Tipo A o moderado, ya que mantienen unos ecosistemas bien adaptados a las particularidades de su geografía, bastante conservados, con buena distribución de su megafauna y con zonas de escasa o nula conflictividad con el ser humano, en algunos casos bastante deshabitadas.

 
Tundra de Alaska.

Otras áreas como África del Norte u Oriente Medio tendrían que contar con algunos aportes del “rewilding” Tipo B para restablecer su megafauna perdida, pero aún poseen territorios naturales en condiciones óptimas muy aceptables que seguramente no necesitarían del ecosistema vallado.
Europa, como digo, lo tiene más difícil, y no tanto por falta de posibles componentes o especies-candidatas de megafauna, Tipo A y Tipo B, sino por las particularidades propias de un territorio muy humanizado a lo largo de la historia, colapsado por el desarrollo de urbes e infraestructuras en un “reducido espacio” que alberga a casi 740 millones de habitantes, y donde los corredores naturales entre grandes áreas "salvajes" atraviesan o quedan casi siempre rodeados por un territorio densamente poblado y transformado.
Muy similar es el caso de Japón y probablemente con el paso del tiempo lo va a ser el territorio de China.
Mejor parece tenerlo América del Norte, pues alguna zona septentrional de México, buena parte de los Estados Unidos y sobre todo Canadá, mantienen amplios espacios naturales bastante bien conservados que podrían establecer perfectamente un “rewilding” Tipo A e incluso plantearse uno Tipo B sin cercas. Lo mismo podríamos decir de América del Sur.
Sin embargo, el principal problema de las dos grandes extensiones terrestres de América radica en que buena parte de su megafauna extinta no tiene hoy suficientes referentes faunísticos en términos subespecíficos a nivel planetario, y lo que es más grave aún, ni siquiera genéricos.
Esto se complica muchísimo más en Australia, que siendo una tierra de oportunidades para el regreso de megafauna, por presentar vastísimos territorios salvajes deshabitados, carece de representantes en otras partes del planeta para recuperar su muy particular biodiversidad perdida.

Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta (Australia).

Por último, los casos de Centroamérica, grandes Islas como Madagascar, Nueva Zelanda, El Caribe, y otras menores del resto del planeta, bastante conseguirían manteniendo sus ecosistemas naturales actuales, aprovechando quizás algún determinado y posible caso de “rewilding” Tipo A.

Con todos estos condicionantes, en Nortemérica se apuesta ya por fauna de tipo “rewilding” A, es decir aquella cuya existencia en un determinado territorio no supone un gran trauma para la convivencia con el ser humano de ese entorno, que de hecho ya comparte hábitat con ciertas especies hasta cierto punto "peligrosas".
Se contemplan así reintroducciones o medidas de conservación de distintas aves, o reptiles como la tortuga Bolson, y mamíferos ya presentes en el subcontinente, como berrendos, bisontes de llanura, bueyes almizcleros, carneros, cabras de las rocosas, venado de cola blanca, ciervo mulo, alces, wapitis, osos pardos, osos negros, pumas, lobos, jaguares, yaguarundis, linces canadiense y rojo, pécaris, caballos mustang y “wild” burros, además de otras muchas especies menores.
Incluso, se está planteando allí la posible introducción de otros candidatos del Tipo A, como cebras de Grant y onagros, para suplir el nicho de caballos de Hagerman y Wild Yukon Horse, dromedarios, guanacos y vicuñas para el nicho de los Camelops norteamericanos, tapires de montaña, y también armadillos gigantes y osos hormigueros, por citar algunos ejemplos.

Berrendos al galope.

Por otro lado, existen propuestas para un posible “rewilding” Tipo B o extremo, con elefantes asiáticos para sustituir a mamuts de Columbia, elefantes africanos por mastodontes, cuones por Canis dirus, tigres siberianos por Homoteriums, guepardos africanos por guepardos americanos o leones africanos por Panthera leo atrox.
En Sudamérica, al menos de momento, sólo se han emprendido acciones en la línea de un “rewilding” Tipo A, muy moderado, restableciendo áreas para la supervivencia y posible traslocación de especies actuales en peligro como el oso andino, jaguar, lobo de crin, puma, algunos venados y el cóndor, entre otros.
El caso del continente americano, como ya he comentado, tiene que hacer uso forzosamente de muchas especies “proxy”, es decir, animales que suplan el nicho ecológico de otros desaparecidos pero que en gran parte de los casos no son subespecies de las extintas, ni siquiera especies del mismo género, pues Homotherium, Mammuthus, Mammut, Megatherium, Glyptodon, Toxodon o Litopterna, no han dejado componentes de su género en otras partes del planeta, por lo que las introducciones podrían siempre ser más cuestionables, no descartándose la espera para la posibilidad de trabajar, profundizar y avanzar, en una no muy lejana y probablemente más acertada clonación de los mismos, tal y como sería conveniente en Australia, con géneros como Thylacinus, Diprotodon, etc.
Las condiciones extremas y particulares de Siberia, en el norte de Asia, son las únicas, junto a Alaska y parte de Canadá, Groenlandia y zona circunpolar, que permitirían contemplar el restablecimiento de fauna de ambiente glaciar, al menos en alguna de sus etapas, y en ello trabaja actualmente el equipo de Sergey Zimov, en el área de Kolyma.
También en Europa encontramos fundaciones o asociaciones que van avanzando como buenamente pueden en este terreno, a través de propuestas moderadas.

Bueyes almizcleros en la tundra.

El ritmo de destrucción de la naturaleza a escala planetaria es cada vez más acentuado. Ante grandes problemas, se requieren pues, grandes respuestas.
Como por el momento no parece encontrarse una solución satisfactoria a un cambio en el modo de vida de las actuales sociedades en ese sentido, habrá que ir buscando medidas que, aun entendidas hoy como parches, favorezcan garantizar la supervivencia de las especies más amenazadas, a la espera de una futura concienciación a nivel mundial que permita la coexistencia con la naturaleza salvaje, de forma sostenible con nuestra presencia.

Permítanme pues que retome la sección que recientemente había inaugurado en el anterior blog de El Tiempo Que Olvidamos, denominada Mundo Rewilding, para ir abordando paso a paso estas cuestiones de forma más centrada en continentes o grandes bioregiones, por separado. 
Será un buen modo de ir comprendiendo cuánto hemos modificado el planeta y cuánto podríamos hacer por volver a restaurar parte de aquello que nuestra acción se llevó por delante.





Crédito de imágenes:

Foto 1: Public Domain Images.
Foto 2: Public Domain Images.
Foto 3: Public Domain Images.
Foto 4: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 5: Imagen libre de derechos de Wikimedia Commons.
Foto 6: Public Domain Images.

4 comentarios:

  1. Eso sería interesante, sigue así, no me pierdo ninguno de tus artículos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Breda, bienvenido/a a Tierra Sylvana, y muchas gracias por participar.

      Seguiré así y más, en ello estoy. Tengo mucha confianza en el rewilding, creo con total convencimiento que va a suponer un giro y un avance importantísimo del conservacionismo a medio plazo, seguro.
      Gracias por no perdrte ni un artículo, no es fácil, porque a veces resultan un poco densos o extensos, sobre todo ahora que estoy intentando colgar cuanto antes, adaptados, la mayor parte de los que pubiqué en el anterior blog pasado a mejor vida. Esperemos que a no mucho tardar pueda seguir ya una línea más actual o novedosa, de día a día.

      Saludos.

      Eliminar
    2. Bueno, poco a poco se llena.

      Ya verdad es necesario crear una Red Verde como suelo llamarlo en la que contacte con toda la península y poner "puentes" naturales en las zonas de carreteras.

      Hace un tiempo puse algo sobre los toros en uno de tus artículos, pero parece que no está.

      Eliminar
    3. Hola Breda.
      Pero ¿te refieres ya en Tierra Sylvana?. Pues no sé, aquí no me ha aparecido nada.
      Tengo bastantes correos en el e-mail que aparece debajo de la foto, o sea que se han enviado al correo directamente, no escribiendo el mensaje aquí en el artículo. En ellos me agregan muchos enlaces a fotos y artículos de especies en Wikipedia y otras páginas, pero no leo tu nombre en ninguno de ellos.
      De todas formas no sería extraño. No hace demasiado comenté en dos entradas de zaragoza Salvaje y Mirada de Lince, y tampoco han aparecido mis comentarios, y no creo que los propietarios los hayan deshechado sin más, y sin decirme nada al respecto. Imagino que a veces fallan o algo así.
      En cualquier caso te animo a que lo vuelvas a intentar, a ver si esta vez me llega.

      Por cierto, a no mucho tardar hablaré precisamente de la red de conexión de zonas naturales como estrategia principal de la conservación del medio en Europa, en cómo llevar a cabo el rewilding en nuestro continente, así que tocaré bastante el tema que propones.
      Una vez más gracias por participar y recibe un cordial saludo.

      Eliminar